Mi reflexión de hoy. No sé si les había dicho alguna vez que tengo un pájaro en mi casa. El pajarito llegó un día porque a mi madre se le ocurrió la feliz idea de traerlo para que me hiciera compañía. En un principio no lo agradecí mucho pero después me encariñé con mi “nuevo amiguito”.
El primer disgusto fue el nombre que le puso mi madre al pajarito. Lo llamó “Pichi”, yo le dije, – mamá ¿cómo llamaste al pájaro? Pichi me respondió. Yo le dije que ese nombre era de “Chulo Madrileño, que incluso había una canción de una famosa zarzuela que así lo decía. Me preguntó como quería yo llamarlo y le respondí sin dudarlo que “Espartaco”. Mi madre me dice: ¿pero cómo vas a llamar a un pájaro “estropajo” (oyó mal evidentemente) y el pajarito se quedó “pichi” faltaría más.

Y allí estaba él, no era un espejismo, era una autentica realidad, era él, un poco mas mayor quizá, pero él. El jueves me llama un amigo mio que teníamos la friolera cantidad de 24 años sin vernos. Rápidamente me invita a su casa y el sábado llego a esa preciosa casa en La Matanza donde me recibe cariñosamente su amigo y, ustedes imagínense, 24 años sin vernos.

Nos perdimos la pista en el año 89 en Venezuela, yo me vine y él se quedó con sus negocios, con su mundo, con su idiosincrasia  los dos somos de Vallehermoso, los dos fuimos a Venezuela, los dos trabajamos en el mismo sector de la hosteleria, los dos vivimos los » años dorados de la Caracas de los 80, los dos regresamos a Tenerife, pero no nos habiamos visto.

Mi reflexión de hoy. Este viernes no fue un buen día. Me levanté en la mañana con la tristeza de una lucha enorme, titánica, extenuante, pero perdida. Me solidarizo con todas las personas que luchan y que no desfallecen. Para ellos mi más sentida reflexión.
La vida sigue, sigue porque todos tenemos escrito un destino, hemos nacido, crecemos, maduramos y morimos.
Yo creo mucho en el destino, la vida me lo demuestra cada día. Todos lo tenemos escrito, hemos nacido para tener experiencias vitales, y de todas ellas siempre se saca algo positivo, o al menos, es lo que intentamos.

Miremos a nuestro alrededor, demos una vuelta rápida por este planeta y nos tenemos que dar cuenta que, entre todos, debemos parar tanta escalada de injusticias, de desigualdades de atropellos, de improperios en definitiva, de mala vida.

Ayer, un amigo mio se intoxica con alguna comida que le cayó mal, y casualmente me lo veo que salia del Cabildo todo rojo como un tomate, y me dice que iba al centro médico. Yo, medio por marujeo, medio por ser solidario le acompañé.

pues me veo en el Centro Médico de los Gladiolos, con mi amigo que es un poco hipocondríaco. ( incluso mas que yo) y a cada rato me decia, » me ves rojo?» y yo para calmarlo le decia que no, pero honestamente, estaba como un tomate de las fincas del sur de la isla remaduro.