Suso Santana
Mi reflexión de hoy. Queridos amigos y amigas, ayer terminó la Semana Santa y, en lo deportivo futbolísticamente hablando, la finalizamos con la alegría de que nuestro equipo, el Club Deportivo Tenerife arrancó una victoria abultada para felicidad de toda la parroquia, y que hacia mucho tiempo que no teníamos ese resultado tan contundente pero hoy, me quiero referir a una persona: Suso Santana.
A Suso lo conocí a través de José el fisioterapeuta del Club y me sorprendió inmediatamente su gran humildad y su esencia de persona. Suso es de una familia humilde que jamás ha olvidado sus orígenes, que sigue siendo humilde y eso hace muy grande a una persona. La humildad cuando se practica, siempre se recoge en felicidad. Y es lo que recoge Suso.
Suso habla siempre con devoción de su familia, de su madre, de sus orígenes. Basta con verlo, con observarlo para comprender inmediatamente que estamos ante una buena persona.
Ayer, que me tocó sentarme en el palco porque el Club Deportivo Tenerife quería homenajear al Cabildo de la isla por su Centenario y escuchaba cuando estábamos empatando dos a dos, como los aficionados pedían que sacaran a » Suso». Yo, por supuesto lo pensaba también porque verlo jugar es una » auténtica delicia».
Y salió Suso. Inmediatamente que tocó el campo se hizo con la situación. Suso cuando juega no hace fútbol, » hace arte». Muchos pueden jugar al fútbol, pero hacerlo con ese toque artístico, voluptuoso, casi imperceptible es una tarea muy, pero que muy difícil.
Suso es como un felino que espera la presa y, una vez la tiene, hace con ella lo que quiere. Es como un «puma» que está al asecho siempre y que tiene una inteligencia superlativa de saber adelantarse a lo que puede suceder. Tiene una astucia innata y por supuesto se nota que lleva una gran preparación física para poder ser ese » puma» que dije anteriormente.
Pero es que además, Suso sabe estar en equipo y hacer equipo. Ayer lo demostró participando de manera exquisita en los tres siguientes goles. El primero de ellos fue de una audacia digna de un gran estratega cuando conscientemente dio con el balón a un defensa contrario hasta que entró en la portería.
Los otros dos goles fueron un gran acto de generosidad y de saber estar en un equipo. Uno de ellos bien pudo » apurar la jugada» a ver si se llenaba se gloria, pero él supo brindarle la oportunidad a su compañero que la materializó. Por supuesto y estoy seguro que Suso se alegró tanto o más que si lo hubiese marcado él.
Yo, siempre observo a Suso en el campo porque cuando toca el balón es casi seguro que » sucede algo». Ayer » desquició» a los contrarios que al final, claudicaron ante un equipo bien puesto pero por supuesto, ante Suso que los enloqueció totalmente.
Yo no se sí Suso juega Ajedrez, pero estoy seguro que sería muy bueno en el tablero si aplica la misma táctica que en en campo: espera, astucia, elegancia, saber adelantarse, saber lo que puede venir, tener dominio de la situación, saber donde están situados sus compañeros en todo momento. Seguro que se le daría muy bien el ajedrez.
Aunque no soy experto en fútbol pero si voy todos los domingos a ver al equipo, reconozco que ayer hubo un antes y un después. El después fue cuando Suso Santana pisó el campo de fútbol.
Los del frente blanquiazul si entienden mucho de fútbol, y es por ello, que ayer esas cientos de gargantas gritaron y corearon: » Suso, Suso, Suso».
Ayer Suso Santana me hizo reflexionar de que en la vida muchas veces hay que esperar la oportunidad y demostrar que estamos preparados, que hay que estar atentos a » la jugada» y que hay que trabajar en equipo para conseguir la victoria y el objetivo planteado.
Es por ello que quiero felicitar al equipo, a todos, pero si me permiten hoy, muy especialmente a Suso Santana, por la ilusión, por el arte convertido en fútbol, por la maestría, por la templanza y por el desprendimiento.
Ha sido una gran suerte para esta isla y para el Club Deportivo Tenerife volver a rescatar a Suso. Lo siento mucho por el » Hearts Of Midlotnian» de Escocia que lo perdió, pero es que Suso estaba prestado, y además. En Escocia siempre está lloviendo y con ese clima gris que no parece para nada al de la isla. Ahora está donde tiene que estar: en su isla. Disfrutando de los suyos, de la maravillosa comida de su madre, de su hija, de su compañera y del cariño que le da su gente y que él también nos ofrece domingo tras domingo.
Gracias por el regalo que nos diste ayer en el domingo de resurrección.