La supercopa en Arabia?
Sigo el futbol, y creo que estaré en la media de cualquier español. Tengo amigos que han sido y son profesionales del llamado “deporte rey”, algunos son como parte de mi familia porque la amistad te lleva a considerar a mucha gente “tu otra familia”. Voy casi todos los domingos a apoyar al Tenerife cuando juega en el Heliodoro y analizo la libertad y la igualdad con la que se vive cada tarde futbolera. Los gritos homófobos han terminado, así como las expresiones racistas o actitudes totalitarias se han dejado de escuchar. Se ha trabajado por la igualdad en este deporte, pero hoy reflexiono sobre un próximo acontecimiento.
Arabia Saudita está a la cola del respeto a los derechos humanos en este planeta. Yo, por ejemplo, que he declarado mi homosexualidad libremente, podría ser decapitado en una plaza pública por tener una opción sexual diferente.
Si me declarase Ateo podría también ser descuartizado y lapidado en un país donde se violan los derechos humanos continuamente y, sobre todo, con las mujeres que son consideradas en todos los aspectos de la vida como seres inferiores.
Fue el año pasado cuando se autorizó en este país que las mujeres tuviesen el derecho a poder conducir un vehículo. La activista que luchó por conseguir ese mínimo derecho Loujain Al-Hathlaoul sigue encarcelada y según el informe de Amnistía Internacional, recibió atroces torturas físicas y psicológicas siendo amenazada con la lapidación pública.
También, este país ha condenado a pena de muerte a tres académicos por abogar por la paz con los hermanos de Qatar y por interpretar el islam de manera moderada al igual que los derechos de los homosexuales. Si no lo han hecho es por la presión internacional que ha sido encabezada por Naciones Unidas y por Asociaciones Internacionales de derechos humanos.
También leo en 20minutos.es que Arabia Saudí se gastó millones de dólares en promover la literatura extremista y en la que se recomendaba quemar, lapidar o arrojar al vacío a los homosexuales o apóstatas del islam.
Raif Badawi abrió un blog para debatir temas sociales de su país y recibió 50 latigazos, pero aún sigue detenido.
Podría estar escribiendo cientos de páginas de las violaciones de los derechos humanos en este país: represión en la lucha por el feminismo y la igualdad, feministas amenazadas con la cárcel y el escarnio público, prohibición de muestras de afecto y una larga lista de violaciones a los derechos y libertades.
Con todo esto, La Real Federación Española de Futbol y muy concretamente su presidente Luis Rubiales ha negociado organizar en Arabia en los próximos tres años y más exactamente en la ciudad donde más se violan los derechos humanos, Yeda, la Supercopa Española de Futbol. La “Real Federación” se embolsará unos cuantos millones que se repartirán también los equipos del Valencia, Real Madrid, Atlético de Madrid y Barcelona.
Rubiales, con toda la desfachatez del mundo declara que “mientras dure la Supercopa” consiguió que las mujeres podrán acceder en igualdad de condiciones y como quieran: …..”mientras dure la Supercopa”. Y ni se despeinó.
Y mientras nuestros cuatro equipos más representativos estén sudando la camiseta, miles de niños y niñas de Yemen “ sudarán” para que no les caiga un nuevo misil mandado desde Arabia, los homosexuales “ sudarán” muertos de miedo porque en cualquier momento puedan ser sorprendidos amándose, las mujeres seguirán en inferioridad de condiciones y no podrán hacer muchos tramites sin la autorización de un varón y seguirán siendo tuteladas hasta para poder casarse, o seguirán intentando tapar el asesinato y descuartizamiento del periodista Jamal Khashoggi que estremeció al mundo por el “ modus operandi”.
Me siento orgulloso de la Televisión Española que se ha negado a retransmitir estos partidos desde la “petrolera” Arabia pensando este país que con Petrodólares todo se puede comprar y ojalá las otras cadenas, atresmedia o mediaset o Mediapro sigan el mismo camino.
Si existiese una autentica Responsabilidad Social Empresarial y los consumidores ejerciéramos nuestra presión, las empresas que se anuncien en este evento deberían sentir que la masa consumidora de este país está totalmente en contra de “blanquear” lugares donde se mancillan los más elementales derechos a través del deporte. En otros países simplemente se boicotean los productos que se anuncien en estos eventos y dejan de consumirse.
Yo empezaré una campaña de recogida de firmas en la plataforma Change.org para enviársela al Señor Rubiales y entienda que después de los lujosos hoteles imitando Jaimas, los dátiles, los dulces árabes y la sonrisas de lobos con piel de cordero, existe mucho dolor y mucho drama. Ojalá no se celebre y una federación que lleva el título de “Real” de por fin ejemplo de una sociedad más justa, tolerante e igualitaria