Santiago Carrillo
Mi reflexión de hoy. Ha muerto Santiago Carrillo. Y yo que pensaba que era casi eterno. Yo lo escuchaba atentamente cuando intervenía en las tertulias de la SER por la tarde y siempre admiraba su coherencia de pensamientos, su lealtad por sus ideas, su verbo cuando se expresaba y, con sus casi cien años, pensaba siempre que Santiago Carrillo era eterno.
Yo recuerdo, siendo un niño, en Vallehermoso, allá por el año 70, cuando todo el mundo “hablaba en silencio” sobre Santiago Carrillo. Se le nombraba pero sin que nadie escuchara, se le seguía pero sin que nadie supiera, se comentaba casi sin el más mínimo sonido, pero se hablaba.
Recuerdo cuando lo detuvieron en Barcelona que la noticia corrió por todo Vallehermoso como si de un silencioso huracán se tratase. Yo la escuché en una barbería y corrí a decírselo a mi abuela, que, la pobrecita, se llevó un gran disgusto. “ muchachooooo, quien te dijo semejante barbaridad?, abuela, que lo oí en la barbería de Ramón, le decía yo. Mi abuela me hizo prometer que jamás repetiría eso porque “esas cosas no eran para comentarla los niños”. Pero yo, que siempre fui muy curioso, “puse las antenas “porque de repente me interesó todo lo relativo a Santiago Carrillo. ¿Quien sería ese hombre que nombraban.?
Dos días después oí en otro “mentidero político de la época» de Vallehermoso la palabra “comunista”. Corrí hasta donde estaba mi abuela materna y, cuando no había nadie en casa, muy bajito le pregunté: abuela: ¿qué es comunista? Mi abnegada abuela soltó una “espumadera” en la vieja cocina, me miró y me dijo: “un día de estos me matas de un disgusto”. Siempre pensé que mi abuela le tuvo que decir algo a Ramon el Barbero porque, ya mas nunca me dejaron escabullirme en la barbería para “oír lo que no debía”. Eso me dijo Pedro Suarez “¡a ver niño, ven aquí solo cuando te vayas a pelar para que no oigas lo que no debes¡”. Lo recuerdo como si lo estuviera viviendo hoy mismo.
Otra vez, en el Seminario (yo estudié en el Seminario de La Laguna), hicimos una “gamberrada” unos cuantos seminaristas de la Gomera. Escribimos en el baño del Seminario menor una noche, “viva el Comunismo”. Para que no nos descubrieran, cada uno tenía que escribir dos letras. (Que listos somos los gomeros jajajaja). Como no pudieron averiguar nunca quien fue, castigaron a todo el seminario menor un mes sin paseos. (Salíamos por La Laguna los jueves y los domingos). Cosas de chiquillos, porque en aquel entonces nadie tenía conceptos de política.
Y ya en Venezuela, por supuesto, me explicaron muy bien quien era La Pasionaria y quien era Santiago Carrillo. Siempre le tuve gran simpatía porque fue parte de mis secretos de infancia en un pueblo donde se le nombraba en silencio. SANTIAGO CARRILLO.