PUERTA B58 embarcando ¡¡¡

9 septiembre, 2019 at 6:23

Hoy deseo contar para ustedes las historias y pensamientos que surgen en los aeropuertos del mundo y el mágico influjo que suele producirnos la mezcla de culturas y de nacionalidades y, que sin duda alguna, hace que nos volvamos más ricos en vivencias.

Cuando estoy esperando en un aeropuerto no me resisto a imaginar historias de las personas que lo transitan, No puedo evitarlo. Me las imagino y visualizo sus vivencias de tal manera que casi convierto en mi pensamiento lo irreal en real.

Hace unos días tuve que transitar por un importante aeropuerto y como llegué con suficiente tiempo, me senté y me detuve a observar el desfile de personas, camino al embarque, o sentadas esperando pacientemente en las puertas de salida.

Primero observé a la pareja que viaja después de unas intensas vacaciones y que van absortos en sus pensamientos, cómodos de equipaje y con la nostalgia de los días que vivieron y que ahora deben volver a enfrentarse a la realidad. Casi ni se miran, casi ni se tocan. Ambos están poniéndose al día con sus iPhones y gestualizan sutilmente según el mensaje. Ella le enseña fotos de la niña que quedó con sus abuelos y que en horas la abrazarán. Yo creo que deberían probar a viajar en vacaciones cada uno por su cuenta alguna vez. Se extrañarían más…. o no.

Después observé a la señora que está sentada frente a mi con cara agotada y bebiendo una bebida isotonica. Me la imagino viniendo de un viaje muy largo y que todavía debe tomar dos aviones hasta llegar a su destino. Eso a veces pasa en nuestras islas que, para dar por finalizado el viaje, tenemos que tomar muchas veces tres o cuatro aviones. Algún día nos convertiremos en plataforma aeroportuaria tricontinental. La idea ya la tenía Adan Martin que era un visionario de la conectividad. Ahora la lucha es con Ryanair y con las compañías que no les sale rentable viajar a Canarias. Nuestras islas, para seguir creciendo de manera sostenible en nuestro desarrollo económico, deben tener una conectividad óptima. Debemos estar comunicados con nuestros países vecinos por cielo y mar. Ahí se están sucediendo acontecimientos muy importantes en lo económico y en lo social y que deberíamos aprovechar. Queda un trabajo inmenso por hacer.

También esperaba un joven treintañero con gafas de pasta, camisa a rayas, pantalón levis y zapatos mocasines. Era un joven moderno con actitud empresarial y aventurero que quiere emprender mucho más allá de su tierra y tiene cientos de ideas pero debe convertirlas en modelo productivo. Habló por teléfono al lado mío y explicaba una plataforma de geolocalización que te lleva los pedidos a casa en tiempo récord. Yo escuché toda la conversación y la aplicación no me aportaba nada nuevo por lo que mi pensamiento me llevó a otra persona que estaba en el terminal dejando al emprendedor en su afanada conversación en tono efusivo y queriendo convencer a su interlocutor. Y es que no podemos hablar de auténtico emprendimiento en nuestra tierra si la conectividad no es nuestra aliada.

Observo con detenimiento y sin que se dé cuenta al emigrante de mi izquierda. Él también es emprendedor pero sin cursos formativos. Es un emprendedor por necesidad, es una persona que lleva los pensamientos de su tierra, la terrible nostalgia de dejar a los suyos y desear volver cuanto antes. ¡ cuanto año ha hecho el chavismo en Venezuela con el mas terrible éxodo de la historia moderna en América ¡¡ . Mira hacia un punto indefinido y aprieta su equipaje de mano donde, seguramente, lleva recuerdos de sus seres queridos. Imagina su oportunidad y con mucho sacrificio vendrá después la reunificación familiar porque “ no importa donde se nace, importa donde se lucha”. Nuestra historia jamás estará totalmente escrita sin los capítulos dedicados a la emigración.

Un poco mas allá, en la segunda fila frente a mi, dos señoras mayores dialogan afablemente. Desconozco si se conocieron en la sala de espera de la puerta B68 y si así hubiese sido, parece que se conocieran de toda la vida. A veces, sus risas, son en centro de atención de las personas más cercanas a ellas en la sala de la T1. Los viajes de turismo social ha hecho muy felices a mucha gente mayor que ahora, en su merecido descanso, bailan en hoteles de las costas de España y se dan “ caprichos” en las cenas, aunque después tengan que tomar doble ración de diamben que es la pastilla que controla el azúcar. Me encanta que bailen, rían, que sean ellos, que hagan amistades, que jueguen al bingo, que paseen, que hagan excursiones culturales y cuenten sus recuerdos. Ellos son mis preferidos en la cola.

Sigo analizando y la mayoría de las caras son serias y circunspectas. Hay excepciones , entre ellas está la de las dos señoras que charlan amigablemente, y bien podrían estar hablando de recetas de cocina o de la recomendación de una crema hidratante milagrosa. Las señoras son un oasis de felicidad en medio de mucha “cara larga” . Una de las señoras se da cuenta que la observo y me sonríe.

Algunos manejan el Ipad y casi todos miran al suelo. Es una mirada dirigida a su IPhone o su androix. Miran y agotan el tiempo con sus dispositivos móviles hasta que llaman a embarcar como si al aterrizar hubiese desaparecido el instagram.

Incluso cuando tienen que poner sus teléfonos en “ modo avión” las caras son de auténtica resignación . Se despegan del teléfono con cierta tristeza como si nunca más fuesen a utilizarlo. Lo miran y lo guardan. A mí también me pasa.

La Fashion no puede faltar en la puerta D68. No estaría completa la sala. Ella lleva un tacón Nina West, pantalón ceñido, cinturón maravilloso de Chanel haciendo juego con los zapatos, blusa naranja estampada de flores marca” MissSixty” y unas gafas oscuras que le tapan casi toda la cara. Por supuesto su único accesorio para subirse al avión es un bolso fantástico de imitación que en ella parece auténtico y su iPad con la carcasa de Gucci. Ella No llega al extremo de viajar con la mascota como Paris Hilton, por ejemplo, pero se le nota a leguas que es una Fashion con el bolso incluido. Eso se nota. Ella intenta ser discreta, parece natural, la imagino segura, se percibe distante y con extensiones rubias en su cabello que no deja de mover.

Llaman definitivamente al embarque . La cola la ocupan siempre los más apurados que son mis amigos del Inserso, ellos son los que más prisa tienen ( ahora como el embarque es por grupos se desesperan un poco ) . Esta vez vienen de Mallorca porque las ensaimadas bien empaquetadas los delatan.

Después estamos los de un término medio y finalmente están las personas que disfrutan de las tiendas del aeropuerto como si del mayor centro comercial se tratara y, por lo general, son los últimos en embarcar.

Los que viajamos solos, siempre, en la cola, hacemos cábalas de quien nos puede tocar al lado en el asiento , y por supuesto, nunca acertamos. La casualidad hizo que esta vez si acertase . Me tocó al lado una de las dos señoras, por lo que desprendí que se conocieron en ese momento en la sala de embarque y que no viajaban juntas. Me conoció ( por eso me sonrió anteriormente) y me quiso sacar el tema de las pasadas elecciones y los resultados posteriores pero yo, muy sutilmente, le cambié de tema y terminamos hablando de las ensaimadas y la diabetes.

Así paso a veces las horas de espera en el aeropuerto. Me vuelvo observador de la terminal. Me alimento de historias que imagino y que, algunas, podrían ser verdad.

Definitivamente, muchas veces nuestra vida se convierte en una ”sala de espera” donde nos imaginamos episodios que unos se hacen realidad y la mayoría solo quedan en nuestra imaginación.