Lugares en la vida y sus olores

4 diciembre, 2012 at 7:10

olores. El blog de Efraín Medina Hernández. ReflexionesMi reflexión de hoy. Hay lugares en la vida que siempre recuerdas con especial cariño, o con un recuerdo que se te fija en la mente para siempre. Hay sitios que siempre recordarás por sus olores, por su gente, porque han podido llevarte más allá de lo inimaginable.
Hay sitios que te marcan para siempre. Ayer, Pablo Sicilia estuvo hablando largamente de su último viaje a Tailandia, Vietnam, Camboya y Laos. Hablaba de los olores, de la espiritualidad, de lo diferente que podemos ser aunque todos vivimos en el mismo planeta, de lo enriquecedor que puede ser un viaje, de lo que te puede marcar.

Yo reconozco haber viajado lo suficiente. El viaje que más me impresionó fue la primera vez que estuve en La Habana. De repente me pareció estar en un viejo decorados punto de caerse donde se estaba rodando una película en blanco y negro o una obra d teatro con un final incierto. Esas obras de teatro que te dejan sentado en la butaca hasta ver el final, el desenlace. Eso sucede hasta que conoces verdaderamente la ciudad y te pierdes en ella.
Caracas huele a verde, a flores, a frutas maduras, a bosque, a lluvia tropical. Yo extraño mucho Caracas. Por eso la recuerdo cada día.
Estambul huele a miel mezclada con especias venidas de la ruta de la seda. Huele a jabón a granadina, a almizcle y a incienso.
Buenos aires huele a césped, huele a trabajo y a dulce de leche recién cocinado. Huele a caballos y a cuero.
Madrid siempre huele a dulces, a repostería, a humos que salen de algunas chimeneas donde llegan olores de guisos invernales, sobre todo en invierno.
Sevilla huele a azahar, también a ceras de velas, a inciensos, a heno de previa, a aceite de oliva virgen, lo mismo que me huele Jaén.
Toledo me huele a almendras y todo lo que se puede hacer con ellas.
Y Tenerife me huele a mar, a sal, a Atlántico, a monte, a sol, me huele a arena mojada, me huele a bosque, a laurisilva, a pescado, a sonrisa y me huele a carne fiesta ofrecida en romerías. A pesar de todo, Tenerife sigue oliendo a felicidad .
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