la Triste historia de Asuman 

27 agosto, 2015 at 16:25
  •  ME LO CONTARON EN ESTAMBUL 
  • Se llama Asuman y nació en una pequeña aldea que aún hoy no se sabe si es de Turquia o es de Bulgaria, justo en la frontera de estos dos enigmáticos países nació Asuman, una mujer con una historia francamente triste y misteriosa.
  • Asuman era feliz en su aldea, y era mas feliz en verano que en invierno. En la temporada estival, Asuman y sus primas salían a buscar frutos silvestres de los bosques de la zona Turco-Búlgara que después mezclaban con yogurt frío y conversando y cantando canciones populares turcas les daba la media noche. Los inviernos eran más tristes siempre. 
  • Un día pasó frente a su casa un camión cargado de neumáticos con destino a una ciudad búlgara y el chofer camionero de nombre Berat se detuvo en la casa para pedir agua y, en ese momento, Berat se fijó en los 16 años y en la vida de Asuman.
  • Al regreso de Bulgaria Berat se volvió a detener en la casa para » arreglar » con el padre que quería pasar el resto de sus días con Asuman. El conductor del desvencijado camión habló con su prometida y le contó lo maravillosa que era la ciudad de Estambul. A las dos horas de hablar de mezquitas, continentes, especias, bazares, oro, algodón, luz, magia, Asuman decidió irse con Berat que, por cierto, era un otomano muy apuesto. No fue por obligación que Asuman partió a Estambul, fue por devoción. 
  • Llegaron a Estambul a una pequeña casa que compartía Berat con su hermana y un sobrino y en esa casa fueron durante unos años inmensamente felices, tan felices fueron que se mezclaba el rezo de la tarde que salía de las mezquitas con los suspiros de amor de Asuman y Berat.
  • Una tarde, la Policia fue en busca de la feliz mujer para que los acompañara hasta un recinto en las afueras de la mágica Estambul. Era un lugar donde reposaban personas sin vida y a ella le tocó reconocer el cuerpo del chofer, de su amado, de su vida, de su dios desconocido que la llevaba a lugares inexistentes donde solo existía el silencio y la felicidad. Berat falleció en un trágico accidente cuando se quedó dormido pensando y recordando maravillado a Asuman. 
  • A Asuman le cambio el rictus de la cara para el resto de sus días. Le cambio el alma, le cambio el espíritu, le cambio la vida.
  • La ultima vez que la vieron deambulaba cerca de la estación de Aksaray. Pero a Asuman se le olvidó de donde venía , donde había nacido y no recordaba ya los veranos con olor a frutos silvestres y a yogurt frío terminado de hacer.
  • Eso me lo contaron en Estambul   
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