Emoticono futurista con reencarnación incluida.

11 julio, 2013 at 6:24

Mi reflexión de hoy.
Queridos amigos, amigas y confidentes.
Hoy quiero contarles una historia futurista con reencarnación incluida.
Es el año 2144 y volví a nacer. Había muerto en el siglo pasado pero me tocó volver nuevamente a la vida. En esta ocasión nací en Oklahoma ( USA) y lo primero que me pusieron al nacer en la cuna fue una tablet IPad 7/76 porque ya, desde recién nacidos se comunicaban con nosotros, con los niños y niñas nacidas en el siglo XXII ( nací niña está vez ) , por medio de » emoticonos».
Cuando abrí los ojos, en la clínica de esa ciudad americana estaba todo lleno de figuras de » emoticonos» que daban vueltas para que nos acostumbráramos al nuevo idioma y forma de comunicacion que se utilizaba en este siglo.
La gente no conversaba. Todos llevaban unas enormes tablets tipo bolsos por las cuales se expresaban de manera minimalista. El bolso se convirtió en tablet moderna que servía para los usos normales de un bolso y como medio de comunicación gestual. La comunicación oral había desaparecido.
Ya cuando fui al centro infantil con un año de edad , toda la comunicación era a través de » emoticonos». Por ejemplo, para decirle a la cuidadora que me había hecho » caca» apretaba una tecla donde aparecía en pantalla un enorme » excremento «. Inmediatamente la señora venía y me cambiaba el pañal.
Si tenía hambre, pues ya con un año, sabía que tenía que apretar la tecla del biberón, si tenía ganas de llorar pues no derramaba lágrimas, sino que apretaba el » emoticono» de lágrimas ( muy parecida a la lluvia) y si se trataba de una perrera lo repetía incansablemente para que la encargada de la guardería supiese que estaba enfadado. Ya no se lloraba. Por supuesto que el no me cogía en brazos, sencillamente me consolaba a través de la iPad 7/76 poniendo emoticonos de carantoñas.
En caso de querer jugar con mis amiguitos de centro infantil, empezábamos a manipular las tabletas electrónicas y con ellas jugábamos horas interminables, pero sin hablar ni apenas mirarnos. Eso no sucedía muy a menudo porque el idioma emoticono nos volvió a todos mucho más individualistas.
Mi madre, cuando me venía a buscar a la guardería no hablaba con palabras sino que levantaba el bolso y se enfrascaba en una conversación con la cuidadora a través de » gigantes emoticonos» que yo ya entendía perfectamente.
Por ejemplo; » El Niño tiene diarreas» pues la señora regordeta de la guarderia mostraba un emoticono del » excremento» al que me referí anteriormente que se iba desintegrando en la pantalla. Mi madre, una camarera de una una hamburgueseria de un barrio de los suburbios de Oklahoma, colocaba un emoticono con cara de tristeza para contestar.
Me subía al coche que no tenía volante como los que dejé en Canarias en el siglo pasado sino que conducía a través de sensores de distancia y fibras ópticas con navegadores. Este tipo de vehículo lo tenía todo el mundo, era lo más normal.
Y a través de las pantallas instaladas en el coche nos comunicábamos. Me ponía una interrogación en color naranja fluorescente ( donde quieres ir)y yo apretaba una tecla donde aparecían unos columpios ( significaba: » quiero ir al parque) Eso quería decir que no deseaba ir a casa sino que quería ir al parque. Mi madre apretó otro emoticono donde salía una cara de una mujer agotada. Eso quería decir que estaba cansada y yo, inmediatamente le contesté con otro emoticono donde salía una cara de un bebé llorando.
Y en todos los lugares, tiendas, bancos, supermercados, médicos, taxis, ferrocarriles, en todo, habían cientos, miles de pantallas para comunicarte a través de los emoticonos.
Esta historia continuará………………
Feliz jueves amigos y amigas.

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