Emigrantes

17 septiembre, 2012 at 11:45

Mi reflexión de hoy. Ayer me despedí de mi amigo Sergio Almenar que se va a trabajar a Miami, estuvimos gran parte de la tarde hablando de proyectos, de sueños, de inquietudes y de ideas que algunas se cumplirán y otras no.

Sergio se va ilusionado porque tiene, nada mas llegar, algunas interesantes ofertas de trabajo y también va con los ojos puestos en lo que a él le gusta: la aviación. Bueno, no es lo que a él le gusta, es donde ha trabajado gran parte de su vida.

Quiero agradecer a Sergio que siempre me ha estado apoyando en todo: siempre presente, siempre discreto, siempre amigo, siempre leal, siempre mágico, siempre vital. ( quizá nunca se lo haya dicho) pero como se que leerás esto, que sepas que eres mi amigo, con todo lo que significa esta palabra.

Sergio es vitalista, sabe lo que quiere, arriesgado, entusiasta, algo minimalista, totalmente desprendido, preparado ( sobre todo en idiomas, habla cinco) y seguro que todo eso jugará a su favor.

Me recordó tanto el año 1976 cuando a mi me sucedió lo mismo!!! Me parecía estar viendo la misma película con ese argumento cargado de ilusión y de esperanza. Todo ha cambiado muchísimo pero, cada vez que en nuestra tierra las cosas no van del todo bien, el nuevo continente siempre se abre con grandes oportunidades. El Canario tiene fama en América de serio, trabajador y constante.

Pero también las dos historias, la de Sergio y la mía tienen cuestiones que coinciden: el continente, las ganas, la ilusión, la pequeña ansiedad que te dà lo desconocido pero, sobre todo, coincidimos en » las ganas de volver».

Sergio me dice que estará el tiempo necesario pero con el objetivo de volver a Tenerife, lo mismo que yo, que en el 76 pensé lo mismo: » estaré solamente el tiempo necesario para volver a mi tierra».Es que todo el que emigra siempre quiere volver y también, siempre añora la tierra que lo acogió. Es irremediable.

Lo decía Rubén Blades en una de sus canciones: » todos vuelven a la tierra en que nacieron, al embrujo incomparable de su sol , todos vuelven al rincón de donde salieron donde acaso floreció mas de un amor».

Un enorme abrazo Sergio.