El poder de los que sueñan 

8 noviembre, 2015 at 16:55

» La mayoría de los sueños son concebidos en un momento de pasión, con una perspectiva de posibilidades infinitas, pero mueren lentamente con el paso de los minutos, de las horas, de los días….A menudo, esta inicial pasión se va convirtiendo en una pasividad hacia un cambio que nunca llega, y los sueños no son perseguidos con la misma sincera intensidad que cuando aparecieron por primera vez.
Lenta y sutilmente, un sueño se convierte en algo evasivo y efímero, y la gente deja morir sus propios sueños, convirtiéndose en personas sin ilusiones, pesimistas, sin ganas de soñar…….

» La vida es así», se dicen para sí mismos. 
Sienten que el tiempo y la devoción derrochada en perseguir sus sueños se perdieron en el pasado y la cicatriz emocional dura para siempre, para toda la vida. 
«….. Eso es imposible- dirán cuando tú les describas un sueño- … Nunca lo conseguirás». 

Pero lo maravilloso de los sueños se encuentra en la capacidad de regeneración que tienen sobre las personas que deciden conseguirlos. Energía, vitalidad, optimismo, alegría, un mundo nuevo se abre delante de ellas. Es curioso como un sueño que casi ha desaparecido puede volver a la vida con tanta fuerza. Su renacer te inyecta una vitalidad que a la vez es juguetona y sorprendentemente decidida, la vida vuelve a cobrar su máxima expresión, disfrutando cada segundo como si fuera el último de nuestra existencia.
De repente los obstáculos dejan de existir. Lo único que importa es hacer realidad ese sueño. Es el momento de intentarlo, de atreverse, de ser valiente, se saltar, se ser osado, de ir a buscarlo. 

Y lo que os debéis preguntar es si el fuego en vuestro corazón es fuerte, porque, si no es así, no hay razón para intentarlo. La mente es un poderoso aliado, pero el corazón es fundamental para conseguir lo deseado.
Podéis cumplir vuestros sueños, y podéis cambiar de vida». 
(Extracto del libro, Paseando por el mundo, de David Ciudad.)