El interés mueve montañas» 

22 julio, 2015 at 11:04

 

Queridos amigos y amigas.

 

Hay una frase que hemos podido escuchar muchas veces en la vida que dice que “la fe mueve montañas”. Yo creo que quien pronunció esa frase lo dijo desde la más absoluta ingenuidad. Yo la cambiaría por la siguiente: “el interés mueve montañas”.

 

Y es que desde hace un tiempo, analizo el interés de algunas personas que se acercan a ti y que, estoy seguro, que si no estuviese donde estoy, cruzarían la acera para no saludarme.

Esas personas que intentan “ser agradables” cuando no te soportan, cuando no soportan que tu manera de ser, cuando no soportan tu manera de pensar. Esas personas que te critican pero que “no se despeinan” para pedirte el favor más inverosímil, esas personas que pasan por tu vida y que no te dejan ninguna huella y que, al final, lamentas el tiempo que perdiste.

 

Afortunadamente son pocas, pero son. Existen personas que durante la campaña electoral “huyeron“ de mí de manera despavorida. Ya empezaron a acercarse tímidamente cuando el Presidente del Cabildo decidió que iría en el número tres de la lista. “Se acercaron tímidamente” y casi en el anonimato para desearme suerte con la boca pequeña ( afortunadamente son pocas). Esas mismas personas se acercaron un poco más tarde para preguntarme las que áreas llevaría. Y algunas, incluso, como si nada hubiese pasado, se plantaron en mi lugar de trabajo para jurarme “amistad eterna y de toda la vida” y sacando los proyectos inverosímiles debajo del brazo.

 Recuerdo que algunos, incluso se hicieron los despistados en la Plaza España allá por los primeros días de mayo cuando casi tropezamos por casualidad. Yo, para no violentarles, hice lo mismo: “como si no nos hubiésemos visto”. Qué casualidad no pasó un mes cuando los vi en la toma de posesión de los Consejeros del Cabildo y juraron que habían venido a verme a mí y a desearme todos los parabienes.

Gente que te usa, que estoy absolutamente seguro que muchos de ellos esperaban la más amarga derrota de mi formación política, gente que vive analizando la vida de los demás, gente que solo se arriman al mejor postor, gente inescrupulosa. ( afortunadamente son pocas)

 

y, aunque no lo parezca, los detecto inmediatamente. A veces el radar que tengo tarda en detectarlos, pero lo logro. Una vez que los detecto siempre actúo como si nada hubiese pasado porque, hay personas con las que no puedes actuar con sinceridad y entonces, simplemente, le das” una cucharada del mismo jarabe”. Claro, no tardarán en llamarte falso pero como dicen en Venezuela . ¿ Que es una raya mas para un tigre?.

Gente que me recuerda el título de una famosa película española: “nadie hablará de nosotras cuando hayamos muerto”. Pero lo que no saben es que todas las mañanas, en mis oraciones, pido un alejamiento.

 

Por eso yo me quedo con la gente autentica, la gente cristalina como el agua que brota de un manantial sin contaminar, la gente que no tiene doblez, la gente sencilla, la gente que vive la vida como si fuese el último día de su vida, la gente positiva que es capaz valorar lo que puedes hacer sin grandes boatos, la gente que te mira a los ojos, la gente que dice que piensa diferente a ti y que se respetan, la gente autentica.

 

Por eso, es que he conservado amigos desde épocas ya casi inmemoriales. Amigos que incluso viven en otros países y que no existe el interés. Amigos de los que me retroalimento.

Por eso es que cuando veo una persona auténtica y nítida, me aferro a ella para nutrirme y para aprender siempre e intento no dejarla escapar.

Y es que nada es eterno en la vida. Pero quizá, aunque poco les interese a algunas personas, les puedo asegurar que estoy preparado para que el teléfono móvil no suene. Es que cuando vas teniendo una edad valoras las cosas más sencillas de la vida y te hay situaciones que te “ sacan” una sonrisa un tanto irónica.

 

  Ay amigos y amigas……. Y los que nos queda por ver. “EL INTERES MUEVE MONTAÑAS”.