» el gato negro».

4 julio, 2013 at 6:02

Mi reflexión de hoy.
Queridos amigos y amigas.
Ayer, una amiga mía me llama para decirme que había tenido muy mala suerte por culpa de un gato negro.
Me cuenta que se le cruzó un gato negro en su camino y que doscientos metros más adelante la paró la guardia civil y justamente hacia quince días que se le había caducado la inspección técnica de vehículos. ( ITV).
Por culpa del gato negro decía mi amiga toda desconsolada.
Yo le dije que realmente el pobre gato negro no tenía la culpa de nada. El gato negro pasaba por ahí hacia su destino y que seguramente ni miró al coche. Mi amiga insistía en acusar al pobre gato negro.
» la culpa es tuya que eres un desastre» le dije. » no vayas a acusar ahora al animalito de tus desórdenes y que no hayas pasado la inspección técnica». Pues que tendrá que ver el gato con tus olvidos y tu desorden habitual, eso es lo que me faltaba por oír» le dije.
Existen muchas supersticiones en este planeta. El continente americano, sobre todo el Caribe y Sudamérica son lugares de mucha superstición. Los gatos negros cuando se te atraviesan es un mal augurio, pasar por debajo de una escalera, tener estrellas de mar o caballitos de marinos en tu casa, que te mire un tuerto, que se te atreviese una persona coja, son algunas de las cosas que en algunos países del nuevo continente traen mal fario.
La mayor superstición que he escuchado es que en algunos países de África consideran a las personas albinas como seres demoniacos. Aún recuerdo a un joven africano albino que tuvo que pedir asilo político en España porque su vida corría peligro.
En el mundo existen miles de supersticiones.
Después leí que los gatos negros fueron muy perseguidos en la Edad Media porque existía la creencia que eran brujas en el cuerpo de los animales. Eran perseguidos y quemados en hogueras. En cambio en el antiguo Egipto los adoraban. Tener un gato negro era señal de buena suerte y cuando morían les hacían unas grandes pompas fúnebres. También leí que en Irlanda y en Inglaterra, las mujeres de los marineros tenían un gato negro en casa para que sus maridos regresaran sanos y salvos. Era un animal de buena suerte.
Justamente hace unos días, vi un documental donde Mao Tse Tun, aquel tristemente célebre dictador chino, mandó a matar a todos los gorriones en China porque afectaban las cosechas y decía que esta ave del campo traía muy mala suerte. Mataron millones de gorrioncillos pero al no haber gorriones, los insectos acabaron con todos los cereales y con todo lo sembrado y fue precisamente con este episodio cuando comenzó la terrible hambruna.
En mi casa siempre merodea un gato negro que es bellísimo. Justo cuando observa que llego, él desaparece porque es un gato silvestre. De esos gatos que no tienen dueños y no conocen de frontera.
La mala suerte a veces la atraemos nosotros mismos. En la vida existen situaciones que se las achacamos a la suerte. Somos humanos y cuando algo no nos sale intentamos buscar un porqué. En el caso de la amiga mía, el pobre gato negro pagó las culpas.
Yo creo que fue precisamente al revés. Porque los agentes de la autoridad le indicaron que le daban de plazo hasta el viernes para que pasara la ITV y que debería ir al puesto de la Guardia Civil a presentar la documentación como que, efectivamente, había pasado su coche la inspección. De no ser así procederían a la sanción administrativa que es como realmente se llama una multa.
Yo creo que el gato negro le trajo suerte así se lo hice saber. Además existe un vino, no se sí francés o alemán, que se llama » chat noire» y que es delicioso. Una vez, hace años, lo disfruté.
Así que cuando veamos un gato negro, debemos pensar que es obra de la creación. Que son seres vivos animados, que nada que haya sido creado y tenga vida puede traer mala suerte, es imposible.
También existen agencias de lotería en nuestro país que se llaman » el gato negro» y que han repartido millones. Quiero reivindicar en esta reflexión que los gatos negros no pueden traer mala suerte jamás.
Y el gato negro que habita por los alrededores de mi vivienda, a partir de ahora me fijaré más en él porque, en definitiva, es un poco el dueño de los canteros que están alrededor de mi casa. Es libre.
Feliz jueves amigos y amigas.

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