El cónclave.
Mi reflexión de hoy. Queridos amigos y amigas, comienza el » cónclave» donde se elegirá el próximo representante de la iglesia católica y que en esta semana, seguramente, ya sabremos su nombre.
Veo en la televisión que hay tres candidatos que tienen ventajas sobre el resto de los cardenales, y, aunque aún no retengo los nombres, proceden de Brasil, Estados Unidos e Italia. Según indicaban hoy todos los noticieros, era muy probable que el próximo Papa llegue desde tierras americanas.
Me decía un amigo mío en Venezuela, ya fallecido, que lo que más separaba a la humanidad era la política y la religión, es por ello que él nunca hablaba de esos temas, y realmente no dejaba de tener razón.
En definitiva, nos aferramos a ese ser supremo que siempre está con nosotros. Que le pedimos, que le rogamos, que tenemos fe de que nuestras buenas obras no quedarán sin recompensa, que no quedarán sin esa bendición que nos llega desde el infinito.
Una vez estuve en un país islámico y me impresionaron las mezquitas llenas de gente durante el día viernes. Ríos humanos acudían a encontrarse con ese ser supremo. Los mercados, a las doce del mediodía, se paralizaban por completo durante unos diez minutos para rezar en dirección a la Meca dentro de los mismos establecimientos mientras algunos atrevidos turistas sacaban fotos del momento.
Igual en los países del lejano Oriente, los templos y la religión forman parte habitual de la vida de sus ciudadanos. Padogas y templos con olor a inciensos de flores y millones de personas intentando acercarse un poco más al » más allá».
Cristianos en todas las modalidades, Musulmanes , budistas, coptos, animistas, judaísmo, protestantes, ortodoxos, hinduismo y muchísimas más religiones con sus cultos, sus normas, sus penitencias, sus perdones, sus ceremonias y su misterio indescifrable. Todas las religiones nos acercan a ese ser supremo para que le imploremos el perdón y la piedad.
Dentro de muy poco se celebrara en los países latinos la Semana Santa, que, junto a la Navidad, son las manifestaciones más importantes de la iglesia Católica. Devoción, recogimiento y muchísima fe. El otro día me decían que en Francia no existen procesiones por las vías públicas por una ley existente. En España, eso sería impensable. Imagínense ustedes que le quitaran a los sevillanos o malagueños las procesiones magnas o, sin ir más lejos, a Herreños y Palmeros la» bajada de la Virgen». La religión y las muestras religiosas forman parte de nuestra vida diaria y de nuestra cultura.
En los países islámicos es el » ramadán» lo que marca esa devoción tan mística. Estuve una vez en el último día del ramadán y fue algo inolvidable, totalmente inolvidable.
Siempre me gusta ver las manifestaciones religiosas cuando he podido viajar. Creo que la religión identifica a los pueblos y cuando te acercas a otras culturas, para poder entender la sociología de los pueblos, es totalmente necesario entender y conocer en lo que creen.
Hace unos días, en El Fraile, hicieron un acto muy bonito: una oración conjunta de todas las religiones por La Paz. Fue organizado por Vicente Zapata en el proyecto de » juntos en la misma direccion» y mi pensamiento fue que las religiones deben unir también para conseguir un mismo objetivo.
Ahora tendremos los ojos puestos en el Vaticano y deseo que el próximo representante de la iglesia Católica sepa entender los nuevos tiempos de la humanidad, la diversidad, la igualdad de todos los creyentes, la justicia social que ahora se hace tan necesaria en este mundo tan globalizado, la tolerancia y la lucha por La Paz y el efectivo humanismo.
Necesitamos ahora más que nunca que todos rememos juntos, también la iglesia que tiene mucho que aportar en esta época de incertidumbres que nos está tocando vivir.
Estaremos expectantes los creyentes de todo el mundo.