De libros
Mi reflexión de hoy. Reconozco que me gusta leer. Me he inventado salidas, incluso una vez ( hace tiempo) un viaje y no me he ido a ninguna parte. Me he quedado en mi casa leyendo con la completa seguridad, de que, con la excusa de que estoy fuera, podía disfrutar mucho más de la lectura y » devorar» ese libro que llegó a mis manos y que me engancha hasta que no llego al final.
Jamás voy a ver una película inspirada en algún libro sin antes leerlo, me parece un pecado mortal, y, casi siempre, salgo muy defraudado de la versión cinematográfica. Yo cuando leo puedo ver, oír, tocar, oler, degustar. Es algo que me hace levitar.
Algunos libros los re/leo. Caso de García Márquez, Vargas Llosa, Jorge Amado, algún poemario de Lorca, Lezama Lima, Zoe Valdés, Isabel Allende, y algunos más. Sobre todo aquellos libros que me trasladan y me sumergen en América suelo repetirlos en la lectura.
El último libro que, por fin, he terminado de leer, es el de Sarah Lark, titulado: » en el país de la nube blanca», sencillamente magistral. Con esta novela he sufrido, he odiado, he amado, he llorado, y sobre todo, me ha fascinado.
El libro comienza así: » la iglesia anglicana de Christchurch, Nueva Zelanda, busca mujeres jóvenes y respetables, versadas en las tareas domésticas y la educación infantil, que estén interesadas en contraer matrimonio cristiano con miembros de buena reputación y posición acomodada de nuestra sociedad».
Siguen 746 páginas de auténtica aventura y que, me llevó a Nueva Zelanda y que, ojalá pudiera conocer alguna vez este país. Los paisajes que narran, mejor dicho, que pintan con la letra , la cultura que cuenta el libro es de total ensueño.
Todos estos personajes me han atrapado desde la primera página y reconozco que me he compadecido enormemente de la protagonista de este best seller » Miss Hellen». Como es posible que se pueda sufrir tanto e incluso sufrir sin apenas darse uno cuenta que está sufriendo, de sufrir por alguien que no vale la pena o que el sufrimiento sea nuestro » modus vivendi».
Yo recuerdo terminar de leer libros y dejarlos en un banco de un aeropuerto y ponerme algo alejado para ver en que » manos cae». Me parece mágico que alguien pase la vista y disfrute de lo que yo he terminado de hacer.
Me esperan unos cuantos libros en la mesa de noche: quiero leer Mahoma de Deepak Chopra, otros relatos de la isla perdida de José Miguel Trujillo, historias de Roma de Enric González, más allá del límite del autor Mike Seabrook y de la editorial » salir del armario, y la apuesta de Jhon Boyne. ( estos están en mi mesa de noche esperando que les dé pista para despegar).
A estos debo sumar los tres que me obsequiaron en mi cumpleaños: el tango de la vieja guardia de Pérez -Reverte ( ese se lo pedí yo a una amiga de confianza) «misión olvido» de María Dueñas y por último el recién elegido premio Planeta del escritor Lorenzo Silva » la marca del meridiano».
Como verán, queridos amigos y amigas, si no contesto los washaps en estos días donde tenemos algún tiempo más de descanso, ya saben donde estoy. Estaré metido en historias maravillosas donde yo le pongo la imaginación necesaria para poder evadirme, escaparme, fugarme y volver a la realidad poco a poco.
Y por supuesto, espero ansiosamente el libro de María Domenech y Juan Carlos Mateu.
Un beso a todos/as.