Al filo de la navaja

26 octubre, 2019 at 9:18

Al filo de la Navaja.

 

“Esta expresión puede invitarnos a vincular situaciones “paradójicas” de la vida cotidiana con una profundidad “mística” inesperada. Y es que toda la vida es un “filo de la navaja”, aunque no siempre seamos conscientes de ello”. Esta frase la encontré en un blog de Argentina perteneciente a Shopie y me hizo volver a leerlo y reflexionar profundamente.

Yo estoy seguro que muchas veces la endogamia y la soberbia nos pueden situar “al filo de la navaja” en todos los aspectos de la vida: politicos, sociales, deportivos, religiosos, familiares, sentimentales o de cualquier índole. Lo peor es cuando te llevan “al filo de la navaja” sin tu desearlo, sin pedirlo y sin haber formado parte de ello.

Es lo mismo que la expresión “de tanto tirar, la cuerda se rompió”. Tienen cierta similitud, aunque no sean exactamente lo mismo. “El filo de la navaja” es, a veces una situación de egos y vanidades, pero “romper la cuerda” es una acción que, en la mayoría de los casos, no tiene vuelta atrás.

Analizando situaciones , las políticas de Trump ha puesto la economía mundial “al filo de la navaja”. Los castigos arancelarios, las disputas con Europa y con China (principalmente), las amenazas de guerra, el retiro de tropas en Medio Oriente porque ya no interesa económicamente y una larga lista de decisiones ocurrentes y fatídicas, han hecho que miles de emprendedores se encuentren en la ruina total por llevar la política arancelaria a una situación al límite para después verlos sentados alrededor de una mesa ( Chinos y americanos) y negociar esos mismos aranceles que hacía semanas su política los pulverizó y bloqueó.

Donald Trump ha llevado “al filo de la navaja” a millones de migrantes que llegan huyendo de guerras, mafias, terrorismo y hambre. Separar a una madre que emigra de su hijo es lo más terrible que puede suceder y está sucediendo. Ahora hablamos mucho de lo que acontece en Siria que es muy aterrador y dantesco, pero poco se está comunicando últimamente de las muertes, las desapariciones, violaciones y crímenes (sobre todo feminicidios) que suceden en la frontera con  Estados Unidos y en Ciudad Juárez. Dos dramas que deben hacernos reflexionar

Las políticas de Nicolás Maduro han puesto a Venezuela “Al filo de la navaja”. Su egolatría, su falta de dialogo, su populismo y su demagogia han hecho que millones de venezolanos lleguen a una situación límite. Jamás se ha vivido un éxodo tan impresionante donde han huido más de cinco millones de personas. Niños que han muerto de hipotermia al adentrarse en el páramo de los Andes, Madres desesperadas porque se les “secó” la leche por falta de alimentación y no pueden amamantar a sus hijos, cientos de muertos por violencia que se amontonan en los depósitos de cadáveres de todas las ciudades de Venezuela, gente que muere por falta de los más elementales tratamientos médicos, expropiaciones de propiedad privada y la destrucción total de un país que fue muy prospero y generoso con los que alguna vez tuvimos que emigrar. Recuerden que el “iluminado” Iñigo Errejón, en un afán inconfesable declaró que en Venezuela todos sus ciudadanos comían “tres veces al día”. Imperdonable y hasta burlesca esa afirmación tan tétrica y mentirosa. Aun millones de venezolanos esperan unas disculpas.

En Cataluña, la clase política ha llevado a todo el país a estar “al filo de la navaja” y con el estómago encogido. Falta de miras, de dialogo y un terrible exceso de populismo han desembocado en una situación cargada de violencia y de odio que será impredecible lo que dure y a donde nos lleve. De repente la ciudad empezó a arder, aunque ya la más vil demagogia lleva mucho tiempo acumulando combustible.

Y mientras arden plazas y calles, millones de familias se encuentran “al filo de la navaja” sin poder llegar a fin de mes, sin poder pagar el recibo de la luz, sin poder sentir el aire en la cara en un parque, en un país donde la deuda pública es de 1.210.915 millones de euros (billones). La segunda más Grande del mundo y que todos debemos pagar. Cada niño o niña que nace en España viene con una deuda de casi 30.000 euros bajo el brazo.

 

Con todo y ello, los políticos de mi país, no pudieron llegar a ningún acuerdo de gobernabilidad y nos avocan a otras elecciones como si fuese lo mas normal del mundo. Nos llevan a unos presupuestos prorrogados por dos años y que no han explicado bien lo que ello significa para las personas más vulnerables y donde se perjudican siempre a los más débiles. Ellos nos han llevado “al filo de la navaja”. Ahora vemos con incredulidad como declaran, sin ruborizarse, que pactarán si hace falta después de las elecciones. Aquellos que negaban el pan y la sal, ahora si están dispuestos a llegar a acuerdos. La burla a la ciudadanía Ha sido inmensa.

Y Justo cuando estaba terminando este artículo, los periódicos digitales se hacen eco de la espeluznante y espantosa noticia donde la Policia británica halla 39 cadáveres dentro de un camión en una zona industrial del Reino Unido. Su único delito por los que han encontrado la muerte en un cayuco en forma de camión frigorífico es haber nacido en Siria, Irak, Afganistán, Bangladesh o Libia y que llevaban años viviendo” al filo de la navaja” con este triste final que hizo que murieran en un país desarrollado pero que jamás pusieran los pies en la tierra prometida.

 

Muchas veces en la vida, “para hacer tenemos que deshacer” Y quizá, en muchos casos, será mejor “que se rompa la cuerda” antes de permanecer por tiempo indeterminado “en el filo de la navaja” y normalizando situaciones que son totalmente anormales. Y es que los filos de las navajas son peligrosos y cortan. El mundo necesita etica, dignidad, tolerancia, racionalidad, una profunda reflexión y menos ambigüedad porque de no ser así, la cuerda se rompe.