Adán Martín

11 octubre, 2012 at 13:20

politica  entrevista al ex presidente del gobierno adan martin menis (El blog de Efraín Medina Hernández) ReflexionesAyer se cumplieron dos años del fallecimiento de mi amigo, maestro y compañero Adán Martín. Aun recuerdo el año 1999, cuando me llamó a su despacho para decirme que me tenía intención de nombrarme Director General de Acción Exterior. Yo lo miraba extrañado y él hacía preguntas de mi proyecto de trabajo, de objetivos, de planificación etc. Yo seguía mirándolo como pensando “Adán se equivocó” seguramente será otra persona.

Empecé a trabajar en esa Dirección General de la que guardo tan buenos recuerdos. Cuando me nombraron le dije a Adán: “deja ver si tengo suerte” su respuesta fue contundente: “tiene más suerte el que más trabaja”.

Una noche, me suena el teléfono a las 1:45 de la madrugada. Era Adán. Quería datos sobre los presupuestos. Recuerdo que le dije que no los tenía en ese momento y me pidió que si no me importaba ir al despacho. (A la 1:45 de la madrugada). Recuerdo que fui en chándal en señal de rebeldía ( jejejejejej). Esta no fue la única vez que lo hizo.

Recuerdo un viaje a Venezuela donde Adán se enteró que en “la guagua” con periodistas que cubrían ese viaje nos lo estábamos pasando “de lo mejor” y al regreso, Adán mandó a alguien en el coche oficial y nos acompañó. Julio Cruz y Cristina Tavio, entre otros, pueden dar fe de lo provechoso que fue ese desplazamiento donde se conoció esa realidad de la octava isla.

Otra vez, en un momento de debilidad (fui a su casa) para decirle que iba a dimitir. Estaba Pilar, su eterna compañera, quien me preparó un café súper cargado. (Pilar sabia que esos cafés retintos te despejan la mente). Adán se puso la mano en la barbilla, me escuchó atentamente, y me dice “vale, ahora te vas a trabajar que tienes mucho por hacer, y yo también”.

Otra vez, me mandó a llamar para que viera lo que se podía hacer con todas esas cosas extrañas que le regalaban: bolígrafos, bolsos de congresos, camisetas, y un largo etcétera). Le dije, “esto es fantástico para darlos de premios con motivo del día de Canarias en la Habana” y me mandó a que se los enviara.

Adán valoraba lo más insignificante. Aunque tú pensaras que no lo hacía. Era eterno en el tiempo, eterno en la sabiduría, eterno en la mirada, eterno en los proyectos.

Gracias Adán. “te envio ese recuerdo eterno también”. Gracias por exigirme tanto, por ponerme el listón siempre tan alto, por los momentos de agobio que pasamos y por los momentos distendidos, de sonrisas y de satisfacciones.