La hierbita, fotos antiguas y lentejas.
Mi reflexión de hoy. Ayer, mientras comía en Santa Cruz, y más exactamente en la casa de comidas » la yerbita» o » la hierbita», como mejor la conozcan, miré a un cartel anunciador de las fiestas de mayo de 1956 y donde se ve una pareja de la época ejecutando un baile de nuestra tierra de manera magistral.
También, en «la hierbita «existen una serie de fotos antiguas que reflejan el «Santa Cruz» de antaño donde aún se mantienen muchas tradiciones y otras se han ido perdiendo y que hay que recuperarlas poco a poco.
Hablaba de las fotos antiguas porque para mi siempre han tenido una atracción especial, llegando a mirarlas hasta con una lupa para ver el último detalle. Yo recuerdo siempre una foto de mis bisabuelos en una de las habitaciones de la casa de mi abuela en la Gomera donde aparecía un señor con un enorme bigote de pie y al lado una señora vestida de negro sentada en una silla antigua. Yo, algunas tardes, miraba la foto, me concentraba y me quedaba dormido hasta entrar en un sueño donde mis bisabuelos cobraban vida y me llevaban de paseo hacia lo desconocido pero que era confortable.
Esa foto antigua, como otras, fueron a veces mis juguetes de niño,y con todos ellos me inventaba personajes existentes solo en mi imaginación y tenía largas conversaciones imaginarias.
También siempre » huelo » las fotos antiguas que huelen a pasado, a guardado, a experiencia, a sabiduría, a trabajo.
A veces, los domingos, me encanta acostarme en la cama y ponerme a ver fotos, algunas no tan antiguas, otras de viajes, otras de encuentros, de amigos. Mis fotos son como un tesoro muy bien guardado al que sólo accedo yo. Me encanta reencontrarme con esos álbumes que te revelaban en las» foto tiendas» y que tenías que esperar tres días a que te dieran las fotos de los negativos que llevaste.
Se acuerdan cuando llegó una maquina que las fotos te las revelaban en media hora.? Aquello era todo un acontecimiento. Yo venía de Candelaria al edificio Olympo ya que en la parte baja existía una tienda mágica donde te revelaban las fotos en media hora. ( comprobado por mi que era verdad)Se pagaba en pesetas y no era barato. Donde estaba esa tienda abrieron un restaurante de comida turca pero ya cerró. Ahora creo que hay algo de pinchos.
Tengo fotos de viajes inolvidables. Siempre he pensado en escanearlas para guardarlas en un disco duro pero me parece que estoy cometiendo un pecado mortal. Estas fotos nacieron con alma y seguirán con alma. No puedo traspasarlas a una fría máquina, no tengo el valor suficiente ni esos sentimientos. Creo que si las paso a un Pent-drive, es como condenarlas a un encierro de por vida. Me niego¡!!!!!.
Muchas meriendas he tenido yo con amigos intercambiando las fotos que habíamos revelado en algún viaje. Incluso una vez, Miguel Ángel Olivera, amigo mío de Candelaria, hizo una exposición donde todos llevamos nuestras mejores fotos de un viaje que hicimos. ( ahora no recuerdo donde fue el destino del viaje).
Y mientras escribía esto, en » la Hierbita» , me comí unas lentejas que les puedo asegurar que no hay lugar en Santa Cruz donde las preparen mejor. Pues ayer mientras saboreaba esas lentejas espectaculares, contemplaba el póster antiguo con la pareja bailando folclore, oía en la mesa de al lado a unos venezolanos atendidos por una camarera de lo más amable» también Venezolana» que le explicaba pacientemente que era » el almogrote», escribía esta reflexión y me acordaba de mis fotos antiguas.