Popular Tags:

La Laguna, » una ciudad para quererla»

30 marzo, 2013 at 8:48

Mi reflexión de hoy. Ayer en la tarde fui gustosamente a la Procesión Magna de la Ciudad de La Laguna. A mi esta procesión me trae muchos recuerdos porque no se sí en alguna de mis reflexiones he contado que estudié unos años en el Seminario de La Laguna y por eso, la procesión me hizo viajar a mis años de, casi infancia, donde solíamos acudir a esa procesión, bien como público o en rigurosas filas con gran devoción donde acudíamos todos los seminaristas.
La Laguna siempre me atrae. Tengo un magnetismo especial con esa ciudad ya que, aparte de haber estudiado cuando niño, es un municipio donde tengo muchísimos amigos y grandes recuerdos.
Recuerdo cuando estudiaba en el seminario que siempre me las arreglaba para » lagunear» como dice ahora el lema tan acertado de esta ciudad. Se me iban muchas tardes » laguneando». Me escapaba, mejor dicho, me fugaba, por unas horas y me perdía por la ciudad de Los Adelantados. Me perdía.
Recuerdo que por la plaza del Cristo, en una de las calles, había una dulcería antigua, ( ya no existe) y la señora siempre me regalaba dulces porque » era seminarista». Muchas tardes salíamos a pasear por San Benito, por San Diego, por todas las calles y plazas.
A veces íbamos al convento de clausura de Santa Catalina de Siena, donde está Sor María de Jesús ( la monja santa e incorrupta) y allí tenía una amiga que pertenecía a ls congregación y hablábamos por un torno. Siempre también nos regalaban galletas y alguno manjares. Sor Teresa Tompson. Mi amiga se fue después a Carisbrooke, en la Isle of Wight y nos escribimos siempre.
Todos los domingos íbamos a la misa en la catedral de La Laguna, ( que ganas tengo de que vuelvan a abrir la catedral al culto). Allí todos los domingos estaba una señora que pedía limosna y siempre escuché una » leyenda urbana» que decía que la señora no necesitaba pedir y que cuando murió tenía en su casa millones de pesetas que había recogido con la limosna.
La Laguna está preciosa. Recuerdo las enormes quejas cuando empezaron a peatonalizarla, ¿ se acuerdan ? Y hoy nadie se puede imaginar esa ciudad sin las calles peatonales tan maravillosas y con esos comercios tan innovadores.
Durante la procesión me fijé la cantidad de comercios nuevos que han abierto, con un cuidado exquisito y agradables a la vista. Vi una freiduría nueva, heladerías, un restaurante de comida japonesa, varias tiendas de ropa recién inauguradas, un establecimiento de comidas para llevar y que anunciaban torrijas de Semana Santa. Me fijé en los escaparates. Algunos realmente excepcionales. Me fijé en las calles, en las fachadas. Me fijé en todo.
La Laguna se me da un aire a Antigua en Guatemala, pero también se me parece a La Habana vieja, o a la capital de las Azores, o a la parte vieja de Funchal, o al centro antiguo de Sao Paulo. la Laguna se me da un aire a Cartagena de Indias, o también a la parte antigua de Ciudad de México o a San Juan de Puerto Rico.Es que La Laguna fue fuente de inspiración en la época del descubrimiento de América. Lo que pasa es que en América » amurallaban » las ciudades y en La Laguna no. Aguere siempre fue una ciudad de » paz».
Por eso es que la leyenda o la publicidad de » Laguneando» es cierta. La Laguna es una ciudad para disfrutarla poco a poco. Su mercado, su vida universitaria, su devoción religiosa, sus pueblos aledaños cada uno con su sabor.
La laguna tiene sabor a cabello de angel, a dulce lagunero con una copita de Mistela, pero también tiene ese sabor de » puchero» en invierno con verduras de su Vega. La laguna huele a incienso, a pólvora de fuegos artificiales, huele a rosa en primavera, huele a familia, a tranquilidad. La Laguna es sinónimo de paseo, de calidad, de innovación de amabilidad.
Por eso es que esa ciudad produce ese gran magnetismo a todo el que la visita y a los que son Laguneros, les brillan los ojos cuando hablan de su ciudad.
Que bonita es La Laguna. Una ciudad » para quererla».

20130330-084817.jpg

Share

La «edad de oro»

27 marzo, 2013 at 7:12

Mi reflexión de hoy. Mis queridos amigos y amigas, ¿ que es para ustedes la » edad de oro»?. Hace días me puse a reflexionar sobre que época de nuestras vidas podría ser la edad de oro, la cima, lo máximo.
Y creo que todos los días vivimos en una auténtica » edad de oro». Cada época que nos ha tocado vivir, realmente han tenido momentos dorados que, quizá, no hemos sabido valorar totalmente.
Tengo una amiga que es optimista por naturaleza de la que aprendo muchísimo, y ese concepto de » la edad de oro» lo he acuñado de ella. Mi amiga que es divorciada me dice que durante su matrimonio vivió auténticos momentos maravillosos y que es con los que se queda. Esa fue una época dorada que podemos denominar » edad de oro» me dice.
Mi amiga sigue diciendo que ver crecer a su hija todos estos años para ella ha sido algo irrepetible. Que tuvo momentos inmensamente felices y que aún, su hija, aunque ahora vive fuera de España le proporciona momentos increíbles. Pues yo creo que mi amiga vive en una fabulosa » edad de oro».
Mi amiga me habla de su madre y que ya está mayor pero que todavía tiene » sus cabos libres» y que cada vez que llega a su casa la recibe con una sonrisa. Eso es una inmensa y divina » edad de oro».
Yo pienso que cada época, cada momento, cada vivencia tiene ese componente dorado y de no ser así, tenemos que buscarlo.
Quizá, » la edad de oro» no tiene porque ser cuando ya hemos pasado de los cincuenta. Creo que ya con esta edad, nos revestimos de una mayor experiencia y podemos ver la vida de otra manera. Pero si miramos hacia atrás, si retrocedemos en el tiempo, podemos ver que cuando teníamos, 15, 20, 30 o 40 años tuvimos momentos increíbles de glorias, de logros, de metas, de sueños cumplidos y brillo personal que es lo que realmente importa.
Tiempos pasados que cuando pensamos en ellos nos evocan nostalgia, felicidad, alegrías, sonrisas. Tiempos pasados donde nos comíamos el mundo y todo lo que nos pusieran por delante, tiempos pasados donde todos los días nos levantábamos con un proyecto y un sueño distinto. Esa época fue de oro.
Tiempos presentes, donde vemos que muchos de nuestros proyectos vitales se han realizado, donde vemos cada día crecer nuestro proyecto de vida, donde aún tenemos la capacidad de ilusionarnos con nuevos proyectos, con nuevas ideas, con nuevas metas, con nuevos sueños. Esta época presente también es una época de oro.
Tiempos futuros, quizá con la incertidumbre de lo que nos espera porque el mundo está avanzando muy rápido, el tiempo está pasando muy deprisa, pero nos levantamos todas las mañanas con la ilusión de colaborar y poner nuestro grano de arena porque nos sentimos muy útiles a la sociedad. Trabajamos todos los días para conseguir metas futuras. Creo que miramos al futuro pero sin desprendernos de nuestro pasado, ya que, en definitiva, el futuro que viene nos trae desde nuestro pasado.
Por ejemplo: ¿ podemos pensar en el futuro sin que en esos planes esté nuestra gente más querida? Nunca. Y esa gente querida viene del pasado y vive nuestro presente. Es por ello que toda nuestra vida es una auténtica » edad de oro».
Pues tenemos que vivirla. Tenemos que ver en todos esos pequeños momentos el componente dorado y maravilloso que tiene. Tenemos que seguir soñando, seguir planificando, seguir ilusionándonos, seguir caminando, seguir avanzando porque, pudiera ser que nuestra auténtica edad de oro esté todavía por llegar.
Claro que si¡¡¡ quien nos puede decir que no va a ser así? Pensemos un momento para que vean que no estoy tan descabellado. ¿ cuantos proyectos de vida personal tienes en mente?……. Pues yo estoy seguro de que muchos de ellos se van a realizar y entonces, nuestra auténtica » edad de oro» está todavía por llegar.
Preparémonos para esos momentos de felicidad que la vida aún nos tiene reservados. Pero tengamos también la precaución de estar muy atentos, no sea cosa que estén pasando y que no nos estemos dando cuenta.
Vivamos nuestra auténtica » edad de oro», la vivida, la que vivimos y la que nos falta por vivir.
Feliz miércoles y Feliz Semana Santa a todos mis » dorados» amigos y amigas.

20130327-071204.jpg

Share

Cuando un amigo se va.

26 marzo, 2013 at 7:35

Mi reflexión de hoy. Cuando un amigo se va, cuando abandona este planeta para elevarse al infinito nos deja una gran tristeza, desasosiego, intranquilidad, angustia. Es normal de que sintamos esas sensaciones de quedarnos como mirando hacia la nada, como sin palabras, como si nos faltara el aliento. Pero nos deja muchísimo más. Infinitamente más.
Cuando un amigo se va vienen los recuerdos, las vivencias, las nostalgias, viene a la mente todo lo vivido. De repente te sientas y es como si visionarias una película porque empiezas a recordar los grandes momentos vividos que casi no tienen fin.
Cuando un amigo se va te preguntas si realmente hiciste todo lo que tenías que hacer por él. Si estuviste en sus peores momentos todo el tiempo que debiste haber estado, si hiciste la llamada acertada en el momento exacto. Nunca hacemos lo suficiente por un amigo. Pero siempre existe la comprensión de quien te profesó una verdadera amistad.
Cuando un amigo se va quedan las enseñanzas que quizá, antes de irse no éramos capaces de ver, queda ese aprendizaje que has tenido en su presencia y que ahora lo multiplicas en su ausencia.
Cuando un amigo se va queda la fe. La fe de que sabes o intuyes que va a estar, hasta que te toque emprender a ti el viaje hacia el infinito muy cerca de ti. Que va a estar en tus buenos y malos momentos. Queda la fe de que, aunque no lo veamos, está. Está en otra dimensión pero se sigue riendo contigo, se sigue ilusionando con tus proyectos y te sigue dando ánimos para seguir adelante. Queda la fe y yo la tengo.
Cuando un amigo se va se adelanta a prepararte el camino de la infinidad. Se va porque el camino es largo y no quiere que cuando te toque viajar a ti tengas ningún imprevisto.
Cuando un amigo se va quedan sus recuerdos vivos. Quedan las experiencias vividas que nadie te las podrá arrebatar, queda la sonrisa franca y sincera que, si cierras los ojos y piensas, la veras en todo su esplendor.
Cuando un amigo se va queda el agradecimiento. El agradecimiento de haberte impulsado, de haberte cuidado, de haberte protegido, de haberte entregado lo más preciado que podemos tener en la vida: la amistad.
Cuando un amigo se va queda el silencio para poder escuchar mejor, queda La Paz para poder navegar mejor en las turbulencias, queda el afecto que es un sentimiento imborrable y recordado.
Cuando un amigo se va queda la nostalgia, la pureza, quedan los recuerdos, queda el apego, queda la bondad, queda el desprendimiento, queda la lealtad a la amistad que siempre te enseñó y practicó.
Cuando un amigo se va siguen los sentidos diálogos de él, pero sin él, pero como si estuviera él.
Cuando un amigo se va te queda la enorme satisfacción de que el destino te lo cruzó un día en tu camino y te enseñó a caminar, a avanzar a fortalecerte, a creer en ti, a entregar.
Cuando un amigo se va vuela hacia una estrella.
Cuando un amigo se va queda en tu corazón la esperanza de que lo volverás a ver cuando el destino nuevamente tenga a bien actuar y unirnos.
Cuando un amigo se va queda una tristeza en el alma pero también queda el agradecimiento de las vivencias.
Cuando un amigo se va queda dar las infinitas gracias por haber existido, por habernos dejado ser protagonistas de su vida, y por habernos abierto su amistad de par en par.
Cuando un amigo se va, te llega al alma un sabor a tristeza.
Hasta siempre amigo.

20130326-073516.jpg

Share

Mi primera » borrachera» y recuerdos de Venezuela.

24 marzo, 2013 at 8:15

Mi reflexión de hoy. Ya llevo unos años sin ir a Venezuela y la verdad, es que deseo volver. Siempre deseo volver a Venezuela. Yo creo que cuando has tenido que emigrar y al final tienes la patria que te vio nacer y la patria que te acogió es una de las mayores bendiciones que puedes recibir. Es como si tuvieras dos madres, aunque madre sólo hay una.
Yo siempre recuerdo a Venezuela con mucho cariño y una especial devoción. A tantos amigos que tengo allí, sus calles, su gente especial. Es que toda Venezuela me atrae y me atrapa.
Cuando me fui de Tenerife en el año 1976 y llegamos a Venezuela nos acogieron inmediatamente. El otro Día me encontró por Twitter una de las primeras personas que conocí nada más llegar: Leyla. Me dio una enorme alegría volver a saber de ella y de toda su familia. Nos pusimos enseguida al corriente y era como volver nuevamente al año 76.
Cuando llegamos, mi padre ya nos tenía una casa en el » parcelamiento de los Bomberos» en el Llanito. Al lado pasaba el río Guaire ( no se imaginen un río cristalino como en la casa de la pradera) y enfrente estaba el barrio de Maca. Los que han vivido en Venezuela podrán ubicarse. Justo antes del puente de Baloa que une el Llanito con Petare vivíamos nosotros.
La casa, que era muy bonita, la inundó el río el agosto del año 1977. El Guaire sufrió una enorme crecida por las lluvias tan enormes que se dieron ese año y el agua arrasó con todo. Yo ya trabajaba pero mi padre, mi madre y mi hermano lucharon corriente arriba hasta ponerse a salvo en El Llanito. Hoy lo pienso y me parece que fue una gran temeridad. Mi padre me llamó al trabajo para decirme que estaban bien. Y días después, cuando el agua bajó el nivel, la madre de Leyla y toda su familia nos ayudaron a » salvar» lo insalvable.
Aún recuerdo cuando salía caminando desde mi casa hasta Petare. Siempre me impresionó ver tanta cantidad de gente caminando por sus calles. Es que salir de Vallehermoso y de repente conseguirte en el mismo Petare es un cambio alucinante. Todo estaba en obras porque creo que construían el metro. » el Metro de Caracas, háganoslo juntos porque es algo grande» decía la letra de la propaganda televisiva que salía en todos los canales de televisión.
Cuando yo llegue a Venezuela, a las nueve de la noche pasaban, en Radio Caracas Televisión la novela » Carolina» que interpretaban Mayra Alejandra y Jean Carlos Simancas. Yo nunca había visto una telenovela en Televisión y nos sentábamos todos en el sillón como hipnotizados por esas historias de desamor hasta las diez de la noche y al siguiente día era comentario mañanero con las vecinas del parcelamiento. Cuando terminaba la novela nos íbamos cada uno a su habitación, si, como lo oyen, teníamos mi hermano y yo cada uno una habitación y para mi eso era un lujo. Yo antes pasaba por la despensa a coger unos » torontos». El chocolate de Venezuela es el mejor del mundo. Pon en tu vida un chocolate» Savoy».
El primer cigarrillo que me fumé en Venezuela era de la marca » astor»» astor rojo». Más de un disgusto me llevé con mi padre cuando se enteró de que fumaba. Una vez, como castigo por fumar, me levanto a las tres de la mañana para que lo acompañara al Mercado Mayor de Coche». Es el mercado mayorista más importante de Caracas. Pero para mi más que un castigo fue un premio increíble. Una de las mejores experiencias fue conocer por dentro el » mercado de coche». Gritos, zapateos, guacales, camiones, regateos, prisas, olores, frutas llegadas de toda Venezuela, los carretilleros gritaban el número de las matrículas de los camiones a todas voces» 503. 503″, y los camioneros decían: «mamame el guevo otra vez» o 101, 101, » como tu no me la mama ninguno». Los carretilleros se » arrechaban» y amenazaban con repartir» coñazos», aunque todo quedaba en la broma y al final se tomaban unas » polarcitas» todos juntos. A mi aquello me impresionaba y me parecía una grandiosa obra de teatro con el más surrealista de los decorados. Si hubiese seguridad, el Mercado Mayor de » Coche» sería un enorme atractivo turístico donde se podría mostrar la inmensa idiosincrasia de Venezuela. En el » Mercado Mayor de Coche» confluye gente de todo el país y el tejido social es impresionante.
Cuando fui a trabajar con 14 años, si, con 14 años ya empece a trabajar ( eso lo contaré otro día) los compañeros de trabajo me llevaron en la Guaira, al cerro » los Cachos». Desde ahí, desde lo más alto del cerro se divisaba toda la Guaira con su enorme puerto y lleno de barcos deseando descargar la mercancía y venidos de todos los lugares del mundo. A mi me daba la impresión que flotaba en aquellas alturas. Fui a la casa de Ricardo Ramos, que trabajaba conmigo también. Creo que era su cumpleaños o el de su hijo.
Fue en aquel cerro, en el cerro » los cachos» donde me cogí mi primera borrachera que me duró tres días. Era una bebida que se llamaba » maraquita»: anís, soda y limón. Entre el calor, los discos de vinilo de la «dimensión latina» el ambiente familiar de cerro maravilloso, y la maraquita, me cogí tal fuerte» tranca» que durante los dos dias siguientes cada vez que » eructaba» me volvía a emborrachar. Yo bebía maraquita y escuchaba como el solista prodigioso de la dimensión interpretaba » blancas azucenas» » taboga» o » dame tu querer». Los muebles se apilaban en un rincón para convertir el pequeño salón en la pista de baile, mientras yo tomaba ese anís con soda y limón asomado desde lo más alto del cerro y perdía mi mirada en la noche guaireña y caribeña.
Aún recuerdo que así como estaba tuve que ir a trabajar a las seis de la mañana, y Ricardo Ramos también entraba a esa hora. Me protegió durante toda la jornada de trabajo y cuando salimos, me llevó a su casa y me sirvió un » sancocho de pescado» que se me quitaron todos mis males. Con ají dulce….que rico. Sólo los que han vivido en Venezuela saben de lo que les hablo.
Tengo el honor de haberme comido un » sancocho de pescado» en lo más alto del » cerro los cachos» con la Guaira de fondo, la brisa del Mar Caribe llegándome a la cara y el sabor del Anís( desde ese Día lo aborrecí para siempre) subiéndome a la boca.
Claro que siempre quiero volver a Venezuela. Cada vez que voy, traigo mi disco duro del cerebro lleno de experiencias, recuerdos, vivencias, olores, maravillas, sonrisas, apegos, nostalgias.
Hablando de mi disco duro del cerebro. Una buena parte de él la ocupa Venezuela.
Venezuela, Venezuela, despedirme no quisiera pero no encuentro manera.
La foto que ilustra mi reflexión de hoy es del » Mercado Mayor de Coche» donde tantos y tantos canarios pudieron ganarse el pan. Para hacerse una realidad, esa foto deben multiplicarla por mil o más.
Feliz domingo.

20130324-081546.jpg

Share