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El poder de los que sueñan 

8 noviembre, 2015 at 16:55

» La mayoría de los sueños son concebidos en un momento de pasión, con una perspectiva de posibilidades infinitas, pero mueren lentamente con el paso de los minutos, de las horas, de los días….A menudo, esta inicial pasión se va convirtiendo en una pasividad hacia un cambio que nunca llega, y los sueños no son perseguidos con la misma sincera intensidad que cuando aparecieron por primera vez.
Lenta y sutilmente, un sueño se convierte en algo evasivo y efímero, y la gente deja morir sus propios sueños, convirtiéndose en personas sin ilusiones, pesimistas, sin ganas de soñar…….

» La vida es así», se dicen para sí mismos. 
Sienten que el tiempo y la devoción derrochada en perseguir sus sueños se perdieron en el pasado y la cicatriz emocional dura para siempre, para toda la vida. 
«….. Eso es imposible- dirán cuando tú les describas un sueño- … Nunca lo conseguirás». 

Pero lo maravilloso de los sueños se encuentra en la capacidad de regeneración que tienen sobre las personas que deciden conseguirlos. Energía, vitalidad, optimismo, alegría, un mundo nuevo se abre delante de ellas. Es curioso como un sueño que casi ha desaparecido puede volver a la vida con tanta fuerza. Su renacer te inyecta una vitalidad que a la vez es juguetona y sorprendentemente decidida, la vida vuelve a cobrar su máxima expresión, disfrutando cada segundo como si fuera el último de nuestra existencia.
De repente los obstáculos dejan de existir. Lo único que importa es hacer realidad ese sueño. Es el momento de intentarlo, de atreverse, de ser valiente, se saltar, se ser osado, de ir a buscarlo. 

Y lo que os debéis preguntar es si el fuego en vuestro corazón es fuerte, porque, si no es así, no hay razón para intentarlo. La mente es un poderoso aliado, pero el corazón es fundamental para conseguir lo deseado.
Podéis cumplir vuestros sueños, y podéis cambiar de vida». 
(Extracto del libro, Paseando por el mundo, de David Ciudad.)  

 

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La hormona de la felicidad. 

2 noviembre, 2015 at 10:08

Queridos amigos y amigas.
Hay unas endorfinas que también se llaman » hormonas de la felicidad » y que en estos días leí en un artículo que podemos aumentar el nivel en nuestro cuerpo para ser más felices y me pareció interesante compartirlo con ustedes. 
Las » endorfinas» son unas sustancias químicas que produce el propio organismo y que te generan estados felices porque te estimulan la parte que tenemos en el cerebro que nos envía los mensajes de felicidad y sensaciones de placer.
Decía el artículo que cuando realizamos actividades placenteras se produce un mayor número de estas hormonas provocando inmediatamente un cambio de carácter y nuestro estado de ánimo mejora inmediatamente. A veces necesitamos una » doble ración» de endorfinas. 
Y es que casi siempre, esos pequeños detalles de placer vital los tenemos al alcance de la mano y no nos damos cuenta. Despertarte con el canto de un gallo, oler la lluvia, recibir una sonrisa de una persona que te quiere, comerte un mango caído del árbol y mancharte la camisa, abrazar a tu sobrina de seis meses, saber que, al menos, algunas personas te quieren de verdad, y tantas y tantas cosas que nos suceden a diario para hacer » trabajar el cerebro» y aumentar esas endorfinas. 
También decía el artículo que hacer ejercicio físico te ayuda. Yo estoy de acuerdo y por eso camino todos los días por Candelaria y ciertamente, cuando termina la caminata siempre me encuentro mejor. Aprovechas para hablar de cómo ha ido el día, de ahuyentar la pereza, de soñar con proyectos y de sonreír. 
Decía el artículo que la monotonía, el aburrimiento y la rutina es muy perjudicial para la generación de las hormonas de la felicidad. Cambiar siempre, hacer cosas diferentes, y planificar con optimismo. » la gran fuente de la felicidad está en sorprenderse de las pequeñas cosas de la vida». Los cambios, la aventura, los descubrimientos, las sensaciones. 
También estar enamorado las genera. El amor a veces te lleva a situaciones de añoranza y de divinidad. Las rupturas amorosas ya son » harina de otro costal». 
Pero una de las cosas que genera una mayor carga de endorfinas es la risa, aunque aquí existe un problema: si te ríes de los demás te vas convirtiendo en una mala persona y las hormonas de la felicidad llegaran a desaparecer. Por eso, lo mejor, es » reírnos de nosotros mismos». Quien es capaz de reírse de uno mismo es capaz de discernir todo en la vida. 
Las ilusiones sanas son vitales para poder ser felices y generar estados de placer. Si tenemos ilusiones sanas podemos mantener siempre una situación de búsqueda de la felicidad.
También recordar sucesos felices que te han pasado en la vida producen estados de felicidad. Esto siempre lo he practicado y recuerdo una vez que en una reunión cuando estaban hablando de un tema importante, esbocé una pequeña risa para sorpresa de todos los asistentes porque, justo en ese momento, me acordé de una situación vivida con Vitolo en un restaurante que cada vez que la recuerdo me » parto de risa» … Algún día se las contaré si él me lo autoriza, claro. 
También tenemos una isla maravillosa para vivir felices y generar endorfinas positivas porque el contacto con la naturaleza produce una sensación de placer. Pues qué mejor que Tenerife para ser felices.
La música, sobre todo la melódica, decía el artículo que producía una sensación de placer que el cerebro inmediatamente convertía en hormona de la felicidad e incluso generaba una importante relajación muscular. Por eso es que cada vez que voy a Jose de Fisiosport me quedo dormido con la música que suena. 
Es por eso que solo espero que este post de hoy les genere «endorfinas» que no es otra cosa que » la hormona de la felicidad» . Que los mensajes que recibamos sean positivos, que los que enviemos sean iguales de optimistas y que entre todos podamos ser un poco más felices.
También decía el artículo que lo peor para generar endorfinas era la envidia. Sobre todo la envidia a lo material. Hay un refrán que me encanta que dice que » al que Dios se lo da, San Pedro se lo bendiga» . Practiquemos mucho más esa frase que dice – me alegro-. 
Tengo que dejarlos porque me vienen a buscar unos amigos para ir a caminar y hace un día espléndido con un sol otoñal radiante y eso me genera endorfinas.
También ya tuve una gran dosis de hormonas positivas cuando olí esta mañana temprano el café recién salido de la cafetera tradicional de toda la vida.
Como siga así, tendré que ir al médico por un exceso de endorfinas. Jejejejeje. 
Feliz lunes,primo hermano del domingo.  
 

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«Viva la radio» 

12 octubre, 2015 at 7:33

Queridos amigos/as y los que nos seguimos.Estamos en un mundo donde la información es vital pero es tanta, que a veces nos agobiamos porque es mucha la que nos llega y es totalmente imposible que la podamos procesar toda.

No hace tanto tiempo, leíamos el periódico en el bar más cercano a casa y esperábamos pacientemente que nuestro vecino se terminase su café para tomar nosotros el diario que el bar compraba, sobre todo, los fines de semana. 

No hace mucho tiempo se veía el telediario a la hora de almorzar o de cenar y era como un ritual comer con las noticias de fondo.

No hace mucho tiempo, la radio era fundamental para estar informados. Siempre me gustó la radio más que ningún otro medio. En mi época de emigrante escuchaba » Radio Exterior de España» . Y aún recuerdo al Presidente de la Casa Canaria de Cuba,» el gran Carmelo González», -pegado-al transistor los domingos escuchando todos los resultados del fútbol y haciendo un cuadro de la clasificación que colocaba el lunes en el tablón de anuncios de la sociedad y pasaban cientos y cientos de habaneros a leerla. Ese era su entretenimiento. Carmelo, a través de las ondas que llegaban de la » madre patria» era experto en fútbol internacional. 

Siempre hemos tenido la necesidad de comunicarnos, pero ahora, la era digital y de los teléfonos inteligentes, los iPad y las aplicaciones han cambiado nuestra manera de informarnos.

Necesitamos comunicar. Es por ello que las redes sociales juegan un papel fundamental. Hoy necesitamos decir donde estamos, que hacemos, que compramos. Y es evidente que si comunicamos eso es también porque hay personas que consumen esa información y les interesa. 

Después recibimos dossiers de prensa, cortes de audio, alarmas de cuando apareces en algún medio, cortes de televisión. También podemos bajarnos aplicaciones para estar informados de temas determinados y que tengan que ver con nuestro trabajo o nuestras aficiones.

Pero no todo lo que comunicamos se lee. Hoy en día, también ya vamos directamente a los comentarios o noticias donde nos etiquetan, donde nos mencionan o lo que simplemente nos interesa. Estoy seguro que eso lo hace mucha gente. Quizá pensemos que lo que comunicamos en Twitter, Facebook o cualquier otra red llegará a mucha gente pero no es así por una sencilla razón, son círculos muy endogámicos y poco vírales y nos hemos vuelto absolutamente cómodos consumiendo solo lo que nos interesa. 

Por eso, no hay nada más placentero que leer y oler el periódico tomándote un barraquito en el bar de siempre, sintonizar la radio cuando vas en el coche o te vas a dormir, despertarte con la radio porque tienes ese «radio-despertador» de toda la vida que te regalaron una vez en los reyes magos y saber que son las dos de la tarde o las ocho porque escuchas la sintonía del telediario. 

Y es que los medios tradicionales nunca morirán. Sobre todo, la radio pervivirá por siempre. Por eso hoy quiero felicitar a una nueva producción radiofónica que comienza: » Viva la Radio» deseándoles todo el éxito del mundo. A los que llevan años «haciendo radio» mi respeto y admiración. Las personas que hacen radio mitigan muchos momentos de soledad. La radio es la compañera de muchas personas que viven solas, que una vez fueron madres o padres corajes y que hoy, la radio es su fiel compañera. 

Dicen que en Twitter empiezas a ser » alguien» cuando llegas a los cincuenta mil seguidores. Imagínense ustedes. A mí me faltan 43.000. 

Que tengan un buen descanso amigos y amigas  

 

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La felicidad y la presbicia. 

11 octubre, 2015 at 8:35

Buenos días amigos y amigas. A veces pienso que en algunos momentos de nuestra vida la felicidad » hay que esconderla» porque corres el enorme riesgo de que algunas personas que no lo son, intenten, por todos los medios, destruir ese estado en el que te puedes encontrar.

Por eso, los momentos realmente felices, o como dice un amigo mío : » felicísimos», tienes que saber con quién compartirlos porque no todas las personas que te rodean pueden aceptarlo de igual manera. 

¿ envidia? Pues no lo sé. No hay nada más placentero que una buena noticia, alguien que llega a tu vida y te dice que las cosas le van bien, alguien que llega y te dice algo tan sencillo y tan grandioso como que una prueba médica que te tenía preocupado té salió bien. Hace unos días, un amigo mío me dijo que hasta que no conoció unas pruebas mías de rutina no dormía bien. 

Creo que la felicidad se compone de momentos sencillos pero que tú los haces inmensos, enormes, inalcanzables para quien los quiera romper. Pero, muchos de esos momentos, son tuyos y de muy pocas personas porque, repito, hay personas que no soportan tu estado de felicidad.

Y honestamente, creo que lo mejor es » detectar esas personas» y no contarles los estados tuyos de gracia. No contárselos porque también pienso que las energías existen. 

Las conoces, las llegas a conocer. Una vez, un amigo mío se compró un televisor de esos enormes para su sala y nos invitó a ver su adquisición. Todos contentos y felicitándolos hasta que uno de nuestros «amigos» le dijo: – no tardarás un año en que tengas presbicia en la vista». Yo contesté que eso tenía fácil solución y no era otra que separar el sofá de la tele. Entre todos separamos el sofá mientras que el del comentario de la anunciada presbicia miraba.

Por eso me encanta una canción que fue al festival de la OTI hace muchos años, que el estribillo decía : » la felicidad está en un rincón de tu corazón» . Y realmente el autor de la letra tiene razón.

Hace días, una amiga mía en instagram puso que su estado era 100% feliz. Una foto de sus dos hijos hacía que le brotara el sincero comentario. Estoy seguro de que es así.

Es por eso que los momentos de felicidad intensos que tenemos, debemos analizar muy bien » con quien compartirlos» . Porque les puedo asegurar   

 que  hay personas que en todo ven «presbicia». 

El remedio para que nadie pueda empañarte esos momentos felices es muy sencillo: desde que detectes a esas personas que no soportan verte feliz deséale lo mejor y aíslate un poco o si es posible, hazle entender que «el verdadero secreto de la felicidad está en tratar de hacer felices a los demás».

Feliz domingo largo. 

 

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