Vallehermoso y el número » 55″.

Mi reflexión de hoy.
Queridos amigos y amigas.
Hoy es el día de San Pedro, y quiero felicitar a todos los » Pedros y Petras» que conozco y son muchos. Sobre todo » Pedros».
En mi pueblo donde nací, en Vallehermoso, justo el el Valle Abajo, existe un barrio que se llama » San Pedro». Me llegan a mi mente los recuerdos de esas fiestas tan sencillas y entrañables donde estaba y está una imagen muy pequeña en un nicho incrustado en una pared que vigilaba el barrio todos los días del año.
Pues hace un par de días, subiendo en el tranvía hacia la Cruz del Señor, escucho hablar a una señora ya jubilada y a su marido y desde que la oí pensé: » esta señora es Gomera».
El marido se me quedó mirando fijamente, yo lo miré y nos sonreímos y efectivamente él se me quedó mirando y me dice » tu eres el hijo de Efrain Medina verdad?
La señora enseguida me dijo que era la hija de Celia, que vivía encima de la casa de mi tío Domingo que en paz descanse y ahí empezamos a hablar de Vallehermoso y miren por donde, salió el tema de las fiestas de San Pedro en ese pintoresco barrio de Vallehermoso.
¿ Y cómo está tu madre? La última vez que vi a tu padre ya estaba malito pero me conoció !!!!! Puedes creer que después de tantos años me conoció?.
Yo le contestaba y en cuatro paradas de tranvía nos pusimos al día. Los gomeros para ponerse al día sólo necesitan cuatro paradas y una conversación posterior.
El tranvía estaba bastante lleno por lo que todo el mundo empezó a escuchar e interesarse por nuestra conversación porque estábamos hablando frente a frente y, desde luego todos nos escuchaban atentamente.
Yo recuerdo cuando niño, en mi pueblo, que la gente se hablaba de barrio a barrio. Aún lo recuerdo perfectamente cuando desde mi casa hablábamos a gritos con la gente que vivía en Morera o la Fortaleza. Bueno, no es que fuera la tónica general pero se hacía. Era un pueblo. Hoy nos enviaríamos un washap si es que la cobertura nos deja. En la gomera no hay buena cobertura para teléfonos móviles por lo que recomiendo que si queremos desconectar, nada mejor que irnos a la isla colombina.
Es que tampoco habían muchos teléfonos. Nosotros teníamos uno en casa y el número era el 55. Imagínense, el teléfono que teníamos solo tenía dos números.
Recuerdo uno negro que había que darle a una manivela para que te atendiera la telefonista que se llamaba Alita. Después llegaron unos señores de la Telefonica y quitaron ese teléfono y nos pusieron uno gris que, con sólo levantarlo, ya la vecina de nuestro pueblo nos contestaba. A mi aquel color gris me parecía una modernidad.
Muchas tardes me iba a la centralita que estaba llena de cables y Alita tenía mucha paciencia con nosotros.
Para llamar a Santa Cruz o a otro pueblo había que poner una conferencia. O mi madre, por ejemplo le decía: » Alita ponme con mi suegra» en vez de decir que nos pusiera con el 58 que era el teléfono de mi abuela. Creo que Alita de vez en cuando decía, » la próxima vez dígame el número». Pero nadie hacia caso: ponme con el Rápido, ponme con la tienda de Julio, ponme con la sindical……….
Algunos vecinos que no tenían teléfono llamaban desde mi casa. Yo creo que algunos venían en la tarde a llamar con la finalidad de que mi abuela materna les hiciera café. Allí se pasaban las tardes muertas.
Tanto es así, que recuerdo perfectamente que se ponían las vecinas en el patio de mi casa a escuchar la radionovela » simplemente Maria» y como sonara el teléfono, se llevaban un disgusto tremendo. Mi abuela decía » mira tu que llamar ahora en vez de estar escuchando la novela».
Alita la telefonista tenía dos hijas muy guapas, Hilda y Nancy. Lo recuerdo como si fuera hoy. Yo jugaba mucho con ellas en medio de la central Telefonica y los cables. La central estaba en el salón. De vez en cuando Alita decía: ¡¡ que se callen que no oigo!!!!!!.
Pues la señora de Vallehermoso, que en el tranvía nos hablamos de sillón a sillón y nos pusimos al día, me transportó al pasado. Nos despedimos diciendo que pasara por la avenida príncipes de España en Ofra a tomar café. Yo le dije, y ustedes vayan para Candelaria que mi madre está aquí y se alegrará de verlos.
En la conversación me dijo que este año no podía ir a » San Pedro» pero que desde julio se iría a una casa que arreglaron » abajo» porque el coche la deja en la misma puerta.
El marido, tan gracioso me dice: ya allá no queda nadie, por eso cuando voy pa la Gomera no me enfado con mi mujer porque entonces no tengo con quien hablar».
Y yo me bajé en la cruz del señor pensando en que el teléfono de mi casa de Vallehermoso, un día, sin esperarlo, pasó de ser un simple 55 a tener nueve números.
Feliz sábado a todos y todas.

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