QUERIDO UBALDO.

Querido Ubaldo.

La noticia me dejó sin reflejos, fue como un golpe en la “boca del estómago” que te corta la respiración. Hay noticias que te las esperas, que las intuyes, que tienes una ligera impresión de que “algo va a suceder”, pero, desde luego, jamás podíamos esperarnos una frase tan lapidaria y triste: “Ubaldo falleció”.

Querido Ubaldo, es tanto lo que te tengo que agradecer en este camino de la vida, que necesitaría muchas horas para poderlo describir, para poderlo contar, para poderlo expresar.

Gracias por ser tan discreto, tan condescendiente, tan afable. Gracias por poner paz cuando se necesitaba porque tú eras “un hombre de paz” de calma, de tranquilidad.

Gracias por impulsar a tanta gente muy arriba a cambio de nada, a cambio de tu sonrisa.

Gracias por tu gestión cultural con nuestro patrimonio asesorándote siempre y repartiendo el trabajo entre todos los artesanos.

Gracias por acudir cada vez que te llamaba para, de” ahora para ahora”, contar con tu trabajo y ser absolutamente milagroso dándonos seguridad. “Tranquilo que eso está en manos de Ubaldo”, frase muy repetida de tu amigo Isbal.

Gracias por tantas Reinas de fiestas de mayo, romeras y trajes tradicionales que ahora se encuentran en muchos lugares del mundo gracias a ti.

Gracias por tu generosidad. Por los imanes en mi nevera de tus viajes, por la pajarita de rosetas, por tus detalles navideños, por los almuerzos de vida.

Muchas gracias por tus consejos, por mis llamadas pidiendo ayuda, por el ánimo que en todo momento nos diste. Gracias por “estar sin estar”.

Se nos quedó ese “Pescadito” pendiente Ubaldo. Se nos quedó pendiente “esa conversación” y, como dije ayer, ese paseo por esta Avenida Marítima. Se nos quedó pendiente viajar a ese país del que tanto te hablé, se nos quedaron pendientes muchas risas, confidencias, charlas.

¿Te acuerdas en la una Elección de Romera en la Esperanza hace ya bastantes años cuando el cantante invitado de la península se cogió una “Buena cogorza” con el vino del norte y me dijiste, “vete pal ante que yo me encargo”? Cuanto nos reímos amigo.

¿O cuando me viste vestido de “aquella manera” en una ofrenda a la Virgen de Candelaria y te faltó “” pegarme” llevándome al ayuntamiento viejo de Candelaria y, por arte de magia, sacaste del coche un traje de campesino y me vestiste? Son muchísimas anécdotas amigo mío

El sábado hablamos para grabar algo que me pediste y ya lo tenías en tu poder. Ese sábado charlamos “largo y tendido” mientras regaba planta de la capa de la reina que tanto te gustaba y me llega esa frase tuya que me dijiste: “Lo importante en la vida a veces “no es ser”, es “Haber sido”.

Gracias desde lo más profundo de mi corazón. Y como compartíamos gustos musicales, termino con una estrofa del recordado cantante Juan Gabriel en su canción: Amor eterno. “Aunque tengo tranquila mi conciencia, sé que pude haber yo hecho más por ti.

Hasta siempre amigo.

Ubaldo Hernandez acompañando a amigos y conversando sobre la vestimenta tradicional.