Ante la calumnia: » tolerancia cero».
Mi reflexión de hoy. Hay gente, afortunadamente las menos, que tienen una facultad o dañina virtud, de ” inventarse historias de los demás” de contarlas como si fueran la mas absoluta verdad, y de que incluso, hacen que muchísima gente se las crean como si fuera ” palabra sagrada”. Historias a veces muy graves, absolutamente graves.
He analizado el perfil de alguna de esas personas y creo que todas tienen algún tipo de carencia afectiva o no aceptan ciertas situaciones en la vida que pretenden que los demás paguen injustamente, entre otras cosas. Suelen ser personas que sus carencias quieren cubrirlas atacando a los demás.
Y es que la calumnia es muy peligrosa. Es terrible que, lo que pueda pasar por algunas cabezas, situaciones que imaginan, puedan llegar a convertirlas en verdad, en repetirlas, en comentarlas y en hacerlas públicas. Es grave, gravísimo.
Una vez me dijeron que ” una calumnia” era como subirte, en una tarde de un viento terrible, a una montaña, y esparcir una almohada de plumas. Para resarcir el daño causado, deberás recoger todas las plumas que se llevó el viento y eso es, sencillamente imposible.
Pero esta práctica es muy vieja, es tan antigua como la creación del mundo.
Incluso, muchas personas han visto truncado proyectos porque, los han calumniado antes de nacer. Muchas personas han pasado los momentos mas amargos de su vida por ” alguna calumnia” y cuando decimos que ” la verdad siempre sale a la luz” lamentablemente eso sucede muy pocas veces, y cuando sucede, ya el daño está hecho.
Según la Real Academia Española de la Lengua: la calumnia es una acusación falsa realizada maliciosamente para causar daño”. Pues queridos amigos/as, han sido millones de personas asesinadas, torturadas, vejadas por una calumnia. Las cruzadas cuando te acusaban de practicas de brujería, la guerra civil Española, la segunda guerra mundial cuando te acusaban de judío, Ruanda, las matanzas en antiguos y no tan antiguos regímenes políticos totalitarios. Millones de personas han sufrido la calumnia.
Pero si descendemos a nuestro día a día , no de esta manera tan virulenta, también la sufrimos.
Por eso, hagamos una reflexión y analicemos siempre lo que nos dicen y nos comentan. Como dice mi amiga la sabia ” si me hablan mal de una persona, «Automáticamente me cae bien e intento protegerla».
Creo que es algo que debemos combatir con total contundencia. No debemos permitir que nadie venga a calumniar a una persona sin despeinarse. Ante la calumnia » tolerancia cero». Si hacemos eso tendremos nuestra conciencia siempre tranquila y la almohada será siempre nuestra mejor aliada.
La calumnia es una declaración de debilidad, de mezquindad, de mediocridad, de mala baba, de mala persona, de inferioridad, incluso de asco.
Por eso, queridos amigos y amigas, cuando alguien venga a calumniarte a una persona, piensa que el próximo puedes ser tu.
Esta reflexión ya la había escrito en septiembre del pasado año y la repito con algunos cambios. Pero vuelve a estar lamentablemente de actualidad.
Ante la calumnia: tolerancia cero.
Que necesidad!!!!!! Con lo sencillo que a veces es ser feliz.
Feliz jueves.