Lo que extraño.

9 septiembre, 2013 at 6:37

Mi reflexión de hoy.
Queridos amigos y amigas.
Lo vi nacer. Él llegó el mismo día de reyes en Caracas. Ya supe que era un regalo poder nacer un día de reyes y llenar la casa de olor a pañales, a talco, a colonia de bebé, a miradas hacia la cuna, a colores azul pálido que dicen que nació un varón, a adornos de que se movían encima de la cuna, a sonrisas paternas y maternas, a carreras por las escaleras para que sus hermanos llegaran a la cuna después de llegar de clases.
Lo vi crecer de año en año, justo cuando venían de vacaciones a Tenerife, lo vi sonreír, reír, enfadarse y reírnos con sus ocurrencias.
De repente lo vi ahora transformado. Con un vocabulario casi adulto y dominando todos los aparatos de multimedia que le ponen en sus manos. Cinco años y sabe manejar un iPad mejor que yo, sabe bajar juegos con la advertencia que sólo puede bajar los que son » gratis». ¿ cómo es posible que los niños con cinco años dominen las nuevas tecnologías de una manera que jamás yo podré hacerlo? A veces te produce hasta una envidia sana.
El, como tiene un hermano de quince años y otro de diecisiete, es un afortunado. Está a caballo entre los juegos infantiles y las aficiones deportivas de los hermanos. Vive intensamente un cuento de Disney y el fútbol que le gusta a los mayores, vive intensamente a Caperucita Roja con la misma intensidad que al luchador » Ray Misterio» ya que a su hermano mayor le gusta la lucha libre americana.
Habla, reflexiona, piensa, quiere intensamente, te busca, te observa, te sonríe, » te quiere hasta el infinito» como dice él.
Es mi sobrino que me ha cautivado, que me hace añorar, que me hace tener nostalgias, que me hace contar los días para volverlo a ver, que me hace a veces sentir que las distancias son ingratas porque te pierdes lo mejor de los tuyos. Los extraño a todos, pero especialmente a » Carlitos».
Ahora me queda comunicarme con ellos por las redes sociales, que me cuenten, que me hablen de todo, que me digan cual ha sido la última travesura de Carlitos, que me cuenten como va el colegio, que compartan sus inquietudes y deseos.
Cuando tienes tu familia repartida, lejos, parece que te faltara algo.
Las nuevas tecnologías mitigan la distancia. Pero jamás se ha inventado ni se inventará un emoticono que sustituya a un abrazo a un beso, a un sonrisa, a una caricia y a un » te quiero hasta el infinito» dicho en vivo y en directo.
Feliz día amigos y amigas.

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Sala de Espera 16D.

6 septiembre, 2013 at 5:06

Queridos amigos y amigas.
Una vez reflexioné sobre los aeropuertos y el mágico influjo que producen en mi. Cuando llego a un aeropuerto siempre empiezo a vivir historias imaginarias de las personas que lo transitan. No puedo evitarlo. Me las imagino y visualizo sus vivencias que para mi llegan a ser reales.
En estos días, tuve que usar un importante aeropuerto y me senté a ver desfilar las personas rumbo a sus puertas de embarque. Yo llegué con tiempo de antelación para poder convertirme en observador del terminal.
Primero observé a la pareja que viaja después de unas vacaciones y que van absortos en sus pensamientos, cómodos de equipaje y con la nostalgia de los días que vivieron y que no les toca más remedio que volver a enfrentarse a la realidad. Casi ni se miran, casi ni se tocan.
Después observe a la señora que dormita frente a mi con cara agotada y bebiendo una bebida isotonica. Me la imagino viniendo de un viaje muy largo y que todavía le faltan por tomar dos aviones hasta llegar a su destino.
También esperaba un joven treintañero con gafas de pasta, camisa a rayas y zapatos mocasines. Ese joven moderno/clásico y aventurero que quiere emprender mucho más allá de su tierra. Habló por teléfono al lado mío con acento español de lo más castizo. También podría ser que estuviese estudiando un Master en una importante universidad.
Observo con detenimiento y sin que se de cuenta al emigrante de mi izquierda. Él también es emprendedor pero sin cursos formativos. Es un emprendedor por necesidad, es una persona que lleva los pensamientos de su tierra, los pensamientos de dejar a los suyos y de desear volver cuanto antes. Mira hacia un punto indefinido y aprieta su equipaje de mano donde, seguramente, lleva recuerdos de sus seres queridos.
Un poco mas allá, en la segunda fila frente a mi, dos señoras mayores dialogan afablemente. Desconozco si se conocieron en la sala de espera de la puerta 16 pero parece que se conocieran de toda la vida. A veces, sus risas, son en centro de atención de las personas más cercanas en esta sala de espera.
Analizo y casi todas las caras son serias y circunspectas. Menos la de las dos señoras que charlan amigablemente, que bien podría ser de recetas de cocina o de el próximo día de Acción de Gracias. Las señoras son un oasis se felicidad en medio de tanta » cara circunspecta».
Algunos manejan Ipad y casi todos miran hacia el suelo. Y no es precisamente hacia el suelo, es una mirada dirigida a su IPhone o su androix. Miran y agotan el tiempo hasta que llaman el vuelo. Se despegan del teléfono con cierta tristeza como si nunca más fuesen a utilizarlo. Lo miran y lo guardan.
La Fashion no puede faltar en la sala de espera de la puerta D16. No estaría completa la sala. Ella lleva un tacón Nina West, pantalón ceñido, cinturón maravilloso haciendo juego, blusa naranja marca » abercombrie» y unas gafas oscuras que le tapan casi toda la cara. Por supuesto su único accesorio para subirse al avión es un Mega bolso fantástico y su iPad. No llega al extremo de viajar con la mascota pero se nota a leguas que es una Fashion auténtica. Eso se nota. No hay nada peor que una pseudo-fashion. Al final, con tal de llamar la atención, son capaces de derramar el bolso por el suelo o de montar algún número en la puerta de embarque. Desde luego, la joven no pasa desapercibida en medio de la sala. Es discreta, natural, segura, distante.
Llaman al vuelo. Salen primero los apurados, los que tienen prisa ( nunca lo he entendido) , después estamos los de un término medio y finalmente están las personas que disfrutan de las tiendas del aeropuerto como si fuese un centro comercial y que son los últimos en embarcar.
Los que viajamos solos, siempre, en la cola, hacemos cábalas de quien nos puede tocar al lado en el vuelo y, por supuesto, nunca acertamos. Mira por donde, esta vez si acerté. Me tocó al lado una de las dos señoras, por lo que desprendí que se conocieron en ese momento en la sala de embarque.
Así paso a veces las horas de espera en el aeropuerto. Me vuelvo observador de terminal. Me alimento de historias que imagino y que, algunas, podrían ser verdad.
Definitivamente, muchas veces nuestra vida se convierte en una » sala de espera» donde nos imaginamos historias que unas se hacen realidad y la mayoría solo quedan en nuestra imaginación.
Un saludo amigos y amigas. Feliz viernes y que seamos felices en nuestras » particulares» salas de espera.

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Adiós «Charlot»

2 septiembre, 2013 at 14:48

Mi reflexión de hoy.
Queridos amigos y amigas.
Me llegó la noticia ,aún lejos, de que nuestro Pedro Gómez Cuenca. Nuestro eterno » Charlot» se fue entre » candilejas» a hacer sonreír mucho más allá de nuestra isla, mucho más allá de nuestro carnaval, mucho más allá de nuestro planeta.
A Charlot lo conocí a través de Doña Juanita, quien fuera » alma mater» de los Danzarines Canarios un largo tiempo. Ellos mantenían una gran amistad y yo participaba también de ella. Él y su esposa siempre tan afables, tan cariñosos, tan cumplidores, tan generosos.
En Candelaria, cuando estuve en Cultura del Ayuntamiento de la Villa, le dedicamos todo un carnaval porque se realizaba un carnaval cultural en torno a una figura o institución. El homenaje a Charlot fue de lo más emotivo. De eso hace muchos años ya. Incluso en el edificio de la tercera edad de Candelaria se nombró uno de los salones principales en su honor: salón: » Pedro Gómez Cuenca» -Charlot- y todos los participantes del curso de animación sociocultural realizaron múltiples actos en torno a su figura.
No cabe duda, que lo mejor que nos puede pasar en la vida es hacer felices a los demás, arrancar sonrisas, hacer que a través de ti, las personas puedan evadir sus problemas, puedan ilusionarse, puedan ser felices. Charlot tenía la magia de hacer sonreír a pequeños y mayores. Es lo más grande que nos puede pasar.
Es por eso que mi reflexión de hoy va dedicada a Pedro. Y creo que nos deja una gran lección de humildad, de felicidad y de entrega.
Charlot también enseñó en oficio artesano de la grabación en metal precioso. Era un grabador excepcional. Dejó también un legado importante en nuestra artesanía que pasará a otras generaciones.
Quisieron imitarlo, pero nosotros solo reconocíamos a un solo «Charlot» el nuestro. El gran imitador de Charles Chaplin, el que vimos infinidad de veces en nuestras calles y en la Barbacoa de Tacoronte bailando la canción de » candilejas». Yo creo que esa maravillosa canción fue la que lo recibió en el otro lugar.
Por eso amigos y amigas, hagamos sonreír siempre. Regalar sonrisas te garantiza el cielo, te garantiza la llave de la felicidad. » el secreto de la felicidad es hacer felices a los demás»
Te extrañaremos en los próximos carnavales, pero miraremos hacia arriba y nos dará l impresión de que una nube se convierte en bombín, bigote y bastón y sabremos que eres tu mirándonos.
Hasta siempre Charlot.
Foto: www.eldia.es

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