Moisés » el Herrero».

22 junio, 2013 at 7:28

Queridos amigos, amigas y confidentes.
Ayer para mi fue un día especial porque descubrí que algunas personas que trabajan con el yunque y con la fragua pueden tener el corazón más noble que se pueda conocer.
Ayer, me fui a visitar el taller de herrería de Moisés Afonso en Icod de Los Vinos. A Moisés lo conocí en la feria de artesanía de Arafo y después en Tejina, y desde los primeros compases de la conversación ya sabía que estaba ante una persona íntegra.
Pues hoy visité su taller, en lo alto de Icod de los Vinos. Fueron tantas las sorpresas que no se sí podré escribirlas en esta reflexión.
Moisés destilaba por los ojos el mismo fuego que hace una fragua cuando modela el hierro. Moisés me hablaba con tanto orgullo de su padre que me emocionó. «Mi padre era Herrero y también ponía las películas en el cine viejo de Icod» » mi padre me enseñó todo lo que sé y yo estoy feliz de hacer lo que hago» «soy feliz aquí». Me decía Moisés.
Y entre el yunque, la fragua, los martillos, las molduras, las laminas de acero y los cinceles siguió nuestra conversación.
Hablamos de los encargos de los clientes, de la satisfacción que le produce el poder rehabilitar piezas viejas que ya no se usan. Allí había pesas de las de antes, planchas de las que se calentaban, cabeceros de camas del siglo XVI traídos Dios sabe de donde, y ahí estaba Moisés Explicándome todo con la mirada ilusionada.
Yo no paraba de preguntar. La herrería me trasladó a mi pueblo donde había un Herrero, allá por los años 60 en todo en centro de la plaza de Vallehermoso. La casa del Herrero era el centro de la plaza.
Moisés me habló de su familia y con toda la humildad del mundo me contó uno de sus proyectos.
El proyecto es nada más y nada menos, que una de sus piezas ha sido seleccionada ya como finalista para la XVIII edición del Concurso de Artesanía de la Ciudad de Burgos. ( uno de los más prestigiosos de España) donde Moisés logró que su obra de arte titulada: » juegos de niñez en el olvido» esté en esa cotizada final.
La pieza refleja la sensibilidad de Moisés. Es una estiladera en una base de hierro que te traslada a los juegos de antaño y que este Icodense ha sabido plasmar de manera sutil y sensible. La pueden apreciar en la foto que ilustra esta reflexión.
Seguimos hablando y entre más conversaba, más me contagiaba su ilusión, sus ganas de seguir siendo feliz en la herrería, sus ganas de vivir intensamente cada una de las piezas que de manera artesanal salen del yunque y de la fragua.
Lo mejor de toda la conversación es que Moisés está dispuesto a enseñar a un grupo de jóvenes este oficio para que no desaparezca y yo, desde luego, voy a hacer todo lo que esté en mi mano para que así sea, para que haya más gente que siga siendo feliz como Moisés. ¡Que grande es la gente que quiere enseñar lo que sabe con generosidad!.
Estimado Moisés, hoy te quiero dar las gracias porque vale la pena conocer en la vida personas que aman lo que hacen por más sencillo que nos parezca, personas que son felices con el trabajo artesano, personas que desprenden ilusión con lo que elaboran, personas que son humildes, sencillas y que emanan una energía positiva indescriptible y única.
Yo no soy egoísta, amigos y amigas. Y es por eso que les recomiendo que conozcan a Moisés, que vayan a su taller de herrería tradicional que además es visitable y comprueben todo lo que les he dicho. Desde las piezas elaboradas con la forja y la fragua hasta la sonrisa de este ser humano que emana felicidad por los cuatro costados.
Yo me fui gratificado totalmente y quiero que ustedes también lo sean.
El taller está en la calle Jazmín N. 5 de Icod de los Vinos. Y como yo no se llegar muy bien porque me llevó un amigo lo llaman antes. El teléfono es 629166457. Yo les recomiendo que cuando vayan al norte visiten a «Moisés el Herrero». Yo pensaba que los herreros tendrían el corazón de hierro por tanto calor de la fragua, pero me he equivocado por completo.
Hoy me siento más orgullosamente Canario porque en mi tierra haya gente como Moisés.
Feliz verano amigos y amigas.

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Todos juntos a la misma dirección.

21 junio, 2013 at 6:39

Queridos amigos amigas y confidentes.
Ayer vinieron a verme unos empresarios que realmente, como muchos ahora, lo están pasando francamente mal. Me admiró la capacidad de ilusión para afrontar nuevos proyectos, para reinventarse y para poder seguir generando riqueza y avanzar en el desarrollo económico.
Estos dos hermanos empresarios, que han llegado a tener 80 puestos de trabajo, han visto como la empresa han tenido que irla reduciendo a las capacidades del consumo del mercado. Su empresa está relacionada con la construcción y desgraciadamente es un sector que la crisis ha golpeado con mayor virulencia y que ha dejado a muchísimas personas, familias y empresas en una situación precaria.
Los hermanos empresarios me dieron una lección de optimismo y de esperanza. Realmente de lo que se trata es de estar atentos en los hábitos del consumidor, ofrecer calidad, garantía y productos innovadores que sean demandados.
Y es cierto. Debemos ponernos siempre en el pensamiento del consumidor final para que nuestra idea de negocio o de producto prospere. Desde la administración se debe apoyar a los proyectos emprendedores e innovadores porque están generando puestos de trabajo y existen nuevos yacimientos de empleo.
Debemos trabajar todos para que las ideas se hagan realidad. Son muchas las instituciones que tienen algunos recursos para proyectos emprendedores. Por eso, desde el Cabildo de Tenerife se ha creado el Plan de Apoyo al Emprendimiento y hace dos días se ha presentado la red «nidos» con la finalidad de que todos los proyectos con carácter innovador puedan tener viabilidad.
Por eso, es que todos tenemos que apuntar a la misma dirección y especializaremos en lo que más sabemos hacer cada uno.
Hoy más que nunca, todos aquellos empresarios, emprendedores e innovadores deben tener apoyos para traducirlos en puestos de trabajo. Hoy se hace necesario que la administración pública emane la información a quien más la necesita y trabajar todo lo que haga falta para asistir, apoyar e impulsar al emprendimiento en Tenerife.
Ver ayer a la Universidad de La Laguna, la Factoría de Innovación Turística, el Parque Científico y Tecnológico de Tenerife, la Cámara de Comercio, FIFEDE, la Sociedad de Desarrollo de Santa Cruz, el Gobierno de Canarias y los ayuntamientos de Candelaria, Adeje, Los Realejos, Candelaria, San Miguel de Abona y La Laguna unidos por un mismo proyecto de generación de empleo es ilusionante.
Es lo que demanda ahora la ciudadanía. Que las instituciones públicas y privadas nos pongamos de acuerdo para buscar, entre todos, soluciones a la situación que nos está tocando vivir y que tenemos que aprender para que el futuro sea más promisorio.
Seguramente se sumarán más instituciones al Plan Insular de Emprendimiento que está dando sus frutos.
Todos unidos conseguiremos los objetivos.
Feliz viernes a todos y a todas.

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» La Plaza de la Candelaria».

20 junio, 2013 at 6:46

Mi reflexión de hoy .
Queridos amigos, amigas y confidentes.
Hoy estuve en una reunión y en una pared colgaba un cuadro de la Plaza de la Candelaria de Santa Cruz de Tenerife tomada a principios del siglo XX. 1900/ 1905. Y de repente mi mente empezó a volar y me quedé impávido mirando la foto justo después de terminar la reunión. Me relajé y admiré la foto por espacio de unos diez minutos.
Empecé a preguntarme como sería la ciudad de Santa Cruz de Tenerife en esos años. La plaza se me daba un aire al paseo del Prado en La Habana y a otros lugares que están esparcidos por el mundo y que tienen cierta similitud. Esas plazas provincianas que eran mitad plaza mitad paseo.
Cuando sacaron esa foto, aún no había comenzado la Primera Guerra Mundial, aún no había comenzado la guerra de imperios que vendría años más tarde y que cambiaría el mapa del mundo. En aquella época, en Santa Cruz de Tenerife existía el viejo tranvía donde venían desde el norte de la isla hasta la capital con la leche, con la fruta, con los productos del campo y con la esperanza de poder llevar hasta el norte de la isla productos que también venían del sur y que se comercializaban. España había perdido hacia muy pocos años su último dominio en ultramar y eso a la larga afectaría el tráfico marítimo.
El puerto era el motor del desarrollo de la capital de la isla. El turismo era muy incipiente pero los barcos que se dirigían a América y los que venían del nuevo continente hacia la España peninsular creaban cierto desarrollo económico en la ciudad del chicharro que se extendía por toda la isla. La figura del » cambullonero» tan conocida en Santa Cruz estaba siempre presente en la plaza de la Candelaria y en los alrededores con la chispa y la viveza que tenían estos comerciantes y que hoy serían grandes emprendedores.
Incluso, se establecieron relaciones marinas y los tripulantes de los barcos que llegaban desde América o se marchaban, adoraban la ciudad de Santa Cruz de Tenerife y muchos de ellos hicieron su familia en nuestra ciudad y hoy, existen apellidos llegados de Más allá de los mares. Apellidos franceses y portugueses sobre todo. Algunos también holandeses.
En la plaza de la Candelaria estaba el » Hotel Internacional» que dejó de existir llevándose con él muchísimos secretos. Secretos de alcoba, secretos de conversaciones en su bar que me lo imagino «English Style» en medio de una copa de cognac «cambullonera » y del humo de los habanos llegados desde la perla del Caribe. Ellas tomando té venido desde Inglaterra o café llegado del trópico y acompañado con galletas de mantequilla y los niños corriendo con total tranquilidad por toda la plaza sin el miedo a los coches, ni a nada que produzca inseguridad.
Es que la vida era tranquila, campechana, con sabor pueblerino, con olor a mar y a café recién tostado. Se usaban sombreros y pamelas y trajes de paño elaborado con telas inglesas que ejecutaban sastres con manos prodigiosas.
Antes vivíamos mirando al mar. Quizá con el paso de los años, la ciudad le fue dando la espalda poco a poco. Ahora, con el turismo de cruceros, estamos nuevamente oteando el océano porque no podemos desprendernos de lo que, en un tiempo no muy lejano, nos generaba una gran riqueza para nuestra isla y, sobre todo, para nuestra ciudad. La riqueza y el desarrollo económico tenían que ver mucho con el mar.
La plaza de la Candelaria ha cambiado, ya no está el hotel Internacional, ya el tranvía es otro, ya las farolas no se encienden con gas, ya los parroquianos no están las horas muertas conversando de lo que otro les dijo que le dijeron de lo que pasaba en la capital del reino, ya los niños no corren por la plaza de manera desenfadada.
Todo cambia en la vida. Algunas cosas a mejor y otras a peor. Ahora nos quejamos de que en algunos lugares de la plaza no hay wifi y donde había a principios del siglo XX una tienda de ultramarinos, ahora hay punto de venta de productos de moderna tecnología de de iPad. Me pregunto que habrá en la tienda donde hoy se venden los iPhone en el año 2100. La verdad que no debería importarme mucho, pero siento curiosidad.
Tenemos que disfrutar todos los momentos con intensidad porque la vida pasa rápido y el tiempo ahora se va volando. Sobre todo los buenos momentos que están en nuestras vidas y que a veces, por las prisas no nos damos cuenta. Un abrazo.
P.D.( la vida al igual que mis reflexiones siempre tienen Post-datas) La foto no tiene mucha calidad porque la tomé de la que estaba en la pared. Y también agradezco a mi compañero Manolo Ortega que me ilustró con algunos datos, al igual que Pedro Molina y Estefania Hernández que estaban en la misma reunión.

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El trabajo en equipo.

19 junio, 2013 at 6:24

Mi reflexión de hoy.
Queridos amigos, amigas y confidentes.
Tengo la sensación de que a veces se nos la vida en » reuniones». Y realmente tenemos ese » espíritu latino» para gestionar las reuniones y hacer que parezcan eternas, que te de la sensación de que te falta el tiempo ( que es como si te faltara el aire) y de no avanzar en los contenidos.
Yo creo que una reunión no debería durar más de una hora. ( evidentemente dependiendo del tema de trabajo o el asunto a tratar). Pero si se tratan de reuniones de trabajo para ir analizando el » día a día» con una hora u hora y media como máximo es lo ideal para mi.
A las reuniones debemos ir con los temas preparados con anterioridad. Una cosa es una reunión de trabajo para analizar objetivos y otra muy diferente es una » tormenta de ideas».
Mis compañeros y yo, nos reunimos todos los miércoles a las ocho de la mañana, ( hoy toca reunión) y compartimos toda la información de las diferentes áreas. Cuando compartimos esa información, todos podemos interactuar y cuando generas ese conocimiento de lo que está realizando el que tienes al lado, se enriquece todo por completo.
La reunión la empezamos siempre con un café. » lo llamamos el café de la vaquita», porque cada uno pone uno o dos euros para poner a funcionar la cafetera. Después vamos desgranando los temas: ( artesanía, comercio, plan de emprendimiento, empleo, nuevas iniciativas empresariales, sector textil, calidad, consumo, estadísticas y banco de datos, informática, servicio administrativo, dinámización, y un largo etcétera que nos hemos acostumbrado en hablarlo todo en una hora y media).
Después, Ángela manda un acta de la reunión para enriquecer los contenidos de la misma. Todos los compañeros y compañeras del área la reciben y ya sabemos cuales son los objetivos que se deben cumplir.
Analizamos los problemas entre todos, disfrutamos de los logros, compartimos inquietudes, nos ayudamos entre todos porque, en definitiva, pasas casi el mismo tiempo en el trabajo que en tu casa. La gente que te rodea en el ámbito laboral es tu segunda familia.
Yo, definitivamente no podría trabajar en otro sistema que no fuese el equipo integrador. Sobre todo, por las competencias que me están tocando gestionar, para mi es absolutamente vital.
Evidentemente existen unas jerarquías cuando se han de tomar decisiones. Pero, incluso, cuando las jerarquías comparten los objetivos se consigue todo aún más rápido y de mejor manera. En la vida siempre hay jerarquías.
Trabajar en equipo es mágico: generas confianza, las personas se sienten partícipes de los proyectos, avanzas con el conocimiento de que todos se van a sentir importantes en las acciones, generas lealtad, quitas miedos, y sobre todo, generas un clima que sin duda, aumentará tu calidad de vida.
Y mucho más gratificante es cuando las mismas reuniones que tengo yo con todo el equipo, las tiene también Carlos Alonso con todos nosotros. Ese sistema de trabajo se va irradiando y al final, entre todos conseguimos los logros, las metas y los objetivos.
Es que trabajar en equipo es vida, es felicidad y es armonía.
Feliz miércoles a todos y a todas.

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