Tato.

21 mayo, 2013 at 6:29

Mi reflexión de hoy.
Queridos amigos, amigas y confidentes. Quiero dedicarle mi reflexión de hoy a un amigo maravilloso que ha luchado por un sueño y lo consiguió. Quizá no sea el campeonato del mundo, no salió en las portadas del marca ni del As, ni siquiera salió en las crónicas deportivas de aquí pero si quedó en la portada del corazón de todos sus amigos, de los que lo quieren.
Hace unos meses, Josué, mejor conocido como Tato, nos dijo que volvería a subirse al ring a pelear. Realmente sus amigos más cercanos quisieron que desistiera de la idea, pero él, que es tozudo como un mulo, de ideas fijas se empeñó y no hubo santo dios que le hiciera cambiar de opinión.
Pero Tato que ya tienes unos años? Pero Tato que llevas tiempo sin subirte a un ring, pero Tato que es mejor que ayudes a otros chicos a prepararse. Pero él nada de nada. Ya lo tenía decidido y así fue.
El sábado pasado, (quien me diría a mi que alguna vez me perdería un festival de Eurovision por una velada de boxeo), todos estábamos allí porque queríamos apoyar a Tato.
Días antes, su entrenador, el campeón de España Ibrahim López, me dijo que Tato no lo tendría fácil porque su rival era más alto que él y eso jugaba en su contra. Yo, caminando por Candelaria transmitía lo que me decían y por supuesto, la preocupación que teníamos.
Llegó el día del pesaje. Para los que no están familiarizados con el boxeo, un día antes pesan a los boxeadores para comprobar que están en el peso correcto. Pues Tato tuvo que sudar la gota gorda porque estaba encima del peso establecido. Tenía que pesar 60 kilos. Todos fuimos expectantes al pasaje y efectivamente pasó la prueba. Cuando terminó semejante suplicio se comió en un bar de Candelaria dos hamburguesas con todo lo que se le puede poner y dos raciones de papas bravas. Jejejejej.
Y llegó el día del combate. Sus compañeros miraban todos con una expectación fuera de lo normal , sus amigos miraban en silencio, sus padres y su familia estaban en lo alto del Pancho Camurria nerviosos.
Pero Tato salió como un rehilete a por todas. Ibrahim le dijo que tenía que darlo todo en el primer asalto para descuadrar al rival y así fue. A cada mano de tato venían los sonoros aplausos y a cada golpe que recibía venían las angustias de sus amigos.
Al final, el árbitro levantó la mano de Tato como virtual e incontestable ganador de este combate y la alegría fue desbordante.
La alegría de él porque cumplió un sueño, la de sus amigos porque sufrieron con él, la de su familia porque sabían lo importante que era para él conseguirlo. La de todos.
En el momento que Tato se subió al ring, el sueño de Morfeo estaba penúltimo en Suecia y ya cuando terminó su combate había ganado Dinamarca.
Me volvería a perder otro festival de Eurovision por ver la cara de algún amigo mío consiguiendo su sueño. Yo se que quizá no sea tan importante pero les puedo asegurar que para nosotros fue maravilloso, mágico, magnífico.
Tato cuando ganó miró al cielo y le dedicó el éxito a su hermano. Nosotros miramos también al cielo. Y yo particularmente miré y di gracias por tener amigos tan auténticos, leales, humildes, de esencia, cariñosos, preocupados, incondicionales como es Tato.
Hoy me dijo que se empezaría a preparar para otro combate y le dije lo mismo. Pero Tato, que ya tienes 36 años. Pero como es de ideas fijas, seguramente se subirá al ring con 50.
No llegará a ser campeón del mundo, pero es el campeón del cariño de su gente y del testimonio de amistad que todos los días le mostramos.
Un abrazo Tato.

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» se avecina una tormenta».

20 mayo, 2013 at 6:11

Mi reflexión de hoy.
Queridos amigos, amigas y confidentes.
Ayer se fue un amigo mío para Cuba, y como se me ofreció a llevarme algo si quería y sin ningún compromiso, le hice un paquetito a Tomás y su familia a los que conocí casualmente en el centro de Cuba.
En uno de mis viajes que realice a Cuba, estaba en la Habana y tanto el noticiero como todos los habaneros decían que entraría un frente frío y una que se acecinaba una tormenta por la isla y que se esperaba sería fuerte. Yo ya tenía todo preparado para irme hacia el centro de la isla y por más que el Presidente de la Asociación Canaria me pidió que no fuera, yo no hice el menor caso y me aventuré a la carretera.
Cuando tomé las ocho vías ( así se llama la carretera que une parte de Cuba y que en la época de la guerra fría también servía de aeródromo) me paró la policía para decirme que se esperaba una tormenta y que no era aconsejable tomar esa vía. Yo, para que me dejaran tranquilo les dije que me quedaba en Jaguay Grande que estaba a unos kilómetros.
Seguí mi camino y ya, cuando estaba entrando en Villa Clara empezó a llover pero yo seguí pensando que era de estas lluvias tropicales que no tardarían en calmarse. En Cuba de repente llueve a cántaros y a los diez minutos cesa y sale un sol inclemente » pa más calor» como dicen los cubanos.
Ya cuando salí de Sancti Spiritus. Arreció la tormenta y yo empecé a preocuparme. Se encapotó el cielo de un color gris tirando a negro. Empezó a relampaguear de una manera inclemente y ya, llegando a Majagua ( centro de Cuba) tuve que detener el coche porque era tanta el agua, los truenos, el viento y los relámpagos que me eché a un lado de la vía y eran ríos de agua. Justo debajo de unas palmeras detuve el coche.
De repente apareció Tomás montado en un potro haciéndome señas y aspavientos para que saliera urgentemente de allí. Yo como Dios me ayudó salí del coche y me dijo que me fuera urgentemente de allí y que lo siguiera que estaba en peligro.
Lo seguí a 20 por hora hasta que llegue a una casa muy humilde y a señas me dijo que me bajara. Cuando pude llegar a la entrada de su casa me dijo que si estaba loco, que como se me ocurría detener el coche debajo de ese palmeral cuando un rayo podía carbonizarme. Que además podían haber crecidas en la balsa que tenía a mis pies. Yo no daba crédito a lo que me estaba pasando y me acordaba del Presidente de la Casa Canaria.
Tomás me dijo que era imposible con ese tiempo continuar con el viaje por lo que me invitaba a hacer noche en su casa. En la casa vivía Tomás, Cecilia y una hija.
Una vez nos pusimos cómodos, Tomás y Cecilia me contaron que eran ellos y tres hijos. Dos varones que estaban » fuera» ( los Cubanos para referirse a los que están en Estados Unidos dicen que están fuera) y la hembra con el nieto que vivían en su casa. Me contó toda su historia pero lo más emocionante fue cuando le dije que era de Canarias y me saca la foto de su padre ya fallecido que era de Tijarafe en la isla de La Palma.
No me pregunten como pero, sin luz y con todos los apaños que pudieron hicieron una cena digna del mejor gourmet. Arroz blanco, yuca frita, frijoles negros, una carne jamonada con una salsa de tomate y yo saqué de la maleta del coche unas botellas de vino que eran para otras personas, turrones y creo que unos chocolates.
Se unieron unos vecinos y al final, entre truenos, relámpagos y lluvia parecía que nos conociéramos de toda la vida.
Hablamos de mil historias, me preguntaban de todo. Parecía como si yo hubiese sido una aparición cuando realmente fue al revés. Tomás fue una auténtica aparición.
Y seguimos hablando hasta que a mi el sueño me venció. Cecilia me dijo que dormiría en la habitación de los hijos que estaban » fuera» Lenin y Carlos Ernesto. La habitación estaba tal cual la dejaron ellos. Un dormitorio totalmente rural, humilde pero yo tenía tanto sueño que me fui quedando dormido con el sonido de la lluvia en las planchas de zinc.
Al siguiente día me despertó un olor penetrante a café recién hecho y ya me levanté. Estaban todos en la cocina que no estaba en la casa sino en un habitáculo aparte con un patio de por medio. Me dijeron que Tomás había ido a buscar un puerco para almorzar y yo les dije que me tenía que ir. » oiga caballero, que usted no le puede hacer eso a Tomás » me dijo Cecilia.
Otro vecino cogió su caballo y fue a buscar ron y refrescos y yo me fui a casa de otra vecina para que me dejara llamar por teléfono a la Habana para que no se preocuparan. Me dijo que no había línea por lo que decidí irme después de comer.
Nos despedimos y recuerdo que me dieron guayabas para el camino. Pero realmente ya estaba a 20 kilómetros porque me dirigía a Morón.
Cuando llegué a Morón estaban todos los canarios esperándome y muy preocupados porque » no sabían nada de mi» y tenían noticias que había salido de La Habana.
Cuando hice el viaje de vuelta, ya sin temporal, me detuve en casa de Tomás y de Cecilia para agradecerles todo lo que habían hecho y en algunos viajes más me detuve en su casa.
Hoy, de vez en cuando nos enviamos Correos electrónicos a la dirección de su hija Bárbara. El 15 de agosto llamo a Tomás para felicitarle por su cumpleaños y también los llamo en fin de año.
Cuando puedo les mando un paquetito con » turrón de Jijona». Bárbara la hija leyó la noche de la tormenta el paquete y dijo » mira mami, turrón de Jijona España.».

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La paliza que me dieron por culpa de un Festival de Eurovision

19 mayo, 2013 at 9:54

Mi reflexión de hoy.
Queridos amigos amigas y confidentes.
Definitivamente el Festival de Eurovision se resiste a premiar a algún país del sur de Europa. Definitivamente se ha instalado en el norte, los países bálticos, los nórdicos y por ahí anda el juego.
Este año, para más Inri los países balcánicos fueron eliminados en su totalidad en las primeras y segundas fases. España se salva porque en el reglamento hay varios países que no pueden competir ( Francia, Italia, Alemania, Reino Unido y España). Esta situación, menos con Alemania, ha cabreado muchísimo al resto de los países y quizá, también por eso, los resultados no son lo esperados.
El idioma también influye. Y cuando ganamos con Massiel, el estribillo era » la la la la la la la la » y eso en Europa se creo que se entiende perfectamente porque es un lenguaje universal lo del La la la.
Después, la otra vez que ganamos fue porque lo organizó el régimen y hubo intereses para compartir el premio con tres países más. Nos quedó esa canción que siempre entra en algún karaoke y ya medio piripis nos podemos animar a hacer los coros. » desde que llegaste ya no vivo cantando» je, vivo soñando je, vivo llorando, je. ¿ qué será de la vida de Salomé».
A nosotros se nos daba más cruzar el charco y participar en el Festival de la OTI. En esa época teníamos una propia plataforma de publicidad que era el programa de TVE » trescientos millones» y que llegaba a toda Latinoamérica.
Era un festival más nuestro. Quizá sin tanto efecto ni pantallas multi/activas. Era algo más de teatros y de orquestas en vivo. Creo que el festival murió porque llegó el momento en que empezó a ganar España siempre y también porque hubo una crisis económica importante. Alguien me dijo que incluso, en Santa Cruz de Tenerife cuando la ciudad celebraba un centenario, se estuvo a punto de realizar el festival aquí como puente entre los dos continentes.
La Oti nos dio alegrías dobles. El cantante Francisco Ganó este festival dos veces. En México con la canción » latino» y en Valencia con la canción » a donde voy sin ti». El presentador de televisión mexicana Raúl Velazco se cogió un enorme cabreo que incluso lo llamó » conquistador como Colón» creo que el festival de la OTI empezó su declive con los dos triunfos de Francisco.
A mi, de todas las canciones que ha enviado España a Eurovision me quedo definitivamente con Nina y su » nacida para amar». Para mi es la mejor canción que hemos mandado, pero para gustos colores y para colores las flores. » nacida para amar, tengo en mi piel la primavera» que bonita.
Después nos llevamos un segundo lugar en Irlanda con Anabel Conde y » vuelve conmigo». Me sorprendió verla muchos años después concursando en el festival de Candelaria…… Y no ganó.
Así que nos toca rumiar este año no el sueño de morfeo. Más que un sueño es una nueva pesadilla de quedar » los segundos por la cola». Pero es que confluyen tantas cosas que era muy difícil, casi imposible que la canaria Raquel del Rosario pudiese levantar el vuelo y darle un abrazo a » morfeo».
Eurovision me trae recuerdos también de mi pueblo cuando no teníamos televisión en mi casa en la Gomera y acudíamos todos a ver este acontecimiento a los pocos televisores que habían en el pueblo. Creo que cuando nos sentamos en casa a ver el festival en exclusiva fue cuando ganó ABBA en el año 74. En ese año ya teníamos un televisor que se veía con mucha lluvia.
También una vez me lleve una buena » paliza» de mi madre. Porque unas amigas mías y yo ( tenía 7 años) cogimos una colcha de croché que mi madre tardó meses y meses en hacerla, eran cientos de rosetas blancas unidas unas con otras, y le metimos tijera para hacer trajes como el que llevó Massiel a Eurovision. La colcha, que era una obra de arte la destrozamos. Nos pusimos mis amigas y yo frente al espejo y estuvimos toda la tarde con aquello puesto y cantando La, La, La. Aún me duele la gran paliza con el cinto de mi padre cuando llegó mi madre y vio que le destrocé la colcha. Bueno, que me quiten lo bailao porque mis amigas y yo, con 7 años nos lo pasamos » pipa». La colcha más nunca tuvo arreglo y cada vez que veo a Massiel lo recuerdo, ahora con cariño.
Feliz domingo amigos y amigas.

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Viaje al interior del alma y un camión mal aparcado

18 mayo, 2013 at 8:11

Mi reflexión de hoy. Queridos amigos, amigas y confidentes.
Ayer me tocó reflexionar a mi. Es bueno a veces viajar hasta tu interior, hasta lo más recóndito de tu interior y abrir los baúles de los recuerdos, detenerte, mirar al futuro a ver que visualizas y alimentarte el alma. Siempre es bueno.
Cuando yo estudiaba en el seminario de La Laguna durante el mes de noviembre teníamos una semana de » ejercicios espirituales» donde el objetivo era que » escucháramos el alma» y esa práctica me quedó de por vida, ahora adaptada a la vida que me ha tocado vivir.
Durante ese viaje a lo más profundo analizas tu vida, lo que te está valiendo la pena y lo que no, Lo que tienes que ir dejando por el camino para aliviar las cargas, lo que debes corregir, lo que debes mantener y lo que debes intentar.
Es un ejercicio que debe ser desde la sinceridad, desde el análisis, y muchas veces desde la frialdad.
De repente me he visto en mi casa con CDs con el platico aún sin escuchar. Con múltiples libros aún sin leer, con cosas por ordenar, con ideas que realizar, con personas que tengo que recuperar y que con la vida que llevo se me han quedado en el camino y que me hacían inmensamente feliz.
Y es que la vida pasa. Ayer era Navidad, hoy ya es verano. Mañana es otoño y dentro de un año a vuelve a ser septiembre. Y ya casi no hay febreros porque la vida pasa tan rápido que ya es 2017.
Me detuve y me abrí uno de los CDs que no había escuchado aún desde hacia tiempo y estaba ahí como esperando a que le hiciera caso con el plástico todavía . Casualmente era Paolo Vallesi y me encantó una canción del Cd que titulaba » la Forza della Vita» . La escuchaba mientras miraba por la ventana y perdí la vista hacia el inmenso Atlántico. Recordé a mi familia que tengo tanto hacia el norte de este mar como hacia el sur. Pero así es la vida, cada uno toma un rumbo, inicia una nueva vida y tu te quedas como expectante, como esperando a que crezcan, como mirando de reojo y deseando lo mejor. Esperando siempre buenas noticias.
Y la vida continúa. Yo recuerdo que cuando falleció mi padre me sorprendió que todo siguiera igual, que los coches siguieran circulando, que el repartidor del agua tocara la puerta, que los bomberos siguieran saliendo a las emergencias, que de repente comenzara a llover de manera despiadada, que las horas siguieran su curso. Eso fue en Caracas. Yo siempre pensaba que cuando me faltara alguno de los míos el mundo se detenía para despedirlo. Pero no fue así. Todo continuo igual. El repartidor del agua dejó la botella de quince litros y esperó el pago y su propina y bajó rápidamente del piso diez porque estaba » mal aparcado».
Bueno,» sentido pésame y me voy porque estoy mal aparcado». Yo me asome a la ventana del piso 10 y efectivamente estaba aparcado sobre la acera. La vida continuaba. Tiempo después me entere de que a nuestro repartidor de agua lo asesinaron en Caracas un martes de carnaval. Y vino otro repartidor y siguió llegando el agua. Y la vida continuó. Cuando volví a Caracas en años posteriores, una noche me asomé a la ventana y me pareció ver el camión del agua mal aparcado. Era sólo un espejismo. La vida continúa.
Pensé en mi reflexión en los que no están ya. De todos ellos visualicé un buen recuerdo que me hiciera sentir feliz. De mi padre recordé cuando en su enfermedad le ponía canciones de Manolo Escobar y le cantaba. Él miraba incrédulo y cantaba conmigo. Cuando recuerdas a los que ya no están debes hacerlo con algún recuerdo feliz que nos alimente el alma y el espíritu. De verdad que reconforta.
Y mañana nos recordarán a nosotros.
Hace unos días un amigo mío me dijo que el solo quería que lo recordarán como » buena persona». Me dejó pensando y llegué a la conclusión que es el mejor de los recuerdos que pueden tener de ti. Buena persona.
Ya en la noche, mientras seguía escuchando a Paolo Vallesi miré al cielo y vi la estrella de todas las noches y pensé desde mi soledad: » buenas noches, ahí estas como todas las noches» una vez lo dije. Cuando nos vamos nos convertimos en estrellas y siempre tenemos inmensa luz.
Feliz sábado amigos y amigas.

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