Palomas

25 noviembre, 2012 at 13:10

palomas ( El blog de Efraín Medina Hernández ). ReflexionesCuando vives en las medianías, en el mundo rural, entre silencios y sonidos, entre vegetación, entre la tranquilidad que sólo da el campo también suceden cosas extrañas.

Yo, los animales que tengo son: el pájaro del que les hablé, al que yo quise llamar » Espartaco» pero que mi madre bautizó como » pichi», una gata salvaje que viene a mi casa y mi madre la obsequia con lonchas de jamón ( por eso viene la gata cuando está ella) y nada más. He querido tener un perro, pero los mascotas necesitan tiempo y cariño. Algún Dia lo tendré.

Pero mis vecinos si tienen sus animalitos. Gallinas, palomas, conejos, perros, etc etc. Todo está estupendo si no fuera por algo que paso a relatarles.

Cuando un vecino colindante suelta sus palomas, estas aves mensajeras les encanta a todas venir a » cagar» a mi azotea, al quicio de la azotea. Es soltarlas, y su primera parada es esa. Yo no se sí es que el vecino las tiene amaestradas, pero, les juro que es como se los cuento. Una vez » evacuan», ellas inician un gracioso vuelo, a veces recto, a veces circular pero con el estómago ya vacío.

Hemos puesto de todo: lejía por el borde, espejos porque dicen que se ahuyentan, trapos para que los mueva el viento, y algunas otras cosas más pero las palomitas ( esos animalitos que aparecen pintados en cuadros celestiales) siguen » cagando en mi azotea».

Evidentemente, inmediatamente que las » avecitas» vuelven a sus respectivos palomares, el que esté en casa sube y desinfecta el muro de la azotea, mientras el vecino se hace el loco. Afortunadamente tenemos buena convivencia con todos. Es algo así como » cada uno en su casa y Dios en la de todos» pero nos llevamos correctamente, faltaría más¡¡. Y claro: las palomas no entienden de linderos, ni de propiedad privada, son libres y global izadas.

Un amigo mío me dijo que colocara unos clavos con naylon y ellas, al tropezar ya no volverán más. Pero me » mosquea» que sólo me dejen el regalo en mi azotea, porque el resto de los vecinos también tienen sus azoteas, y les encanta la mía.

Esas son las situaciones que debes vivir cuando habitas en una zona rural, pero les puedo asegurar que también tiene sus encantos verlas volar.

Yo recuerdo una vez una anécdota rural de dos vecinos que no se llevaban. A una querida vecina se le muere una cabra, y el otro vecino cuando se enteró, puso a todo volumen aquella canción que decía: » hay que pena me da que se me ha muerto el canario»……como lo leen, así fue. Bueno, lo puso tan alto que era sábado y me despertó la canción. Yo subí a la azotea ( creo que la voy a llamar azotea de las palomas) y me pude gozar » todo el espectáculo»…… Cosas del mundo rural.

Feliz domingo, y si conocen algún truco para ahuyentar a las palomas pero que no sea una escopeta de balines( odio la caza menor) por favor me dicen la receta. Y a ver si las palomitas » distribuyen mejor» esos especiales regalos.

Síndrome de Diógenes

22 noviembre, 2012 at 10:34

Souvenir (El blog de Efraín Medina Hernández ). ReflexionesYo creo que todos, en el fondo tenemos un poco el «síndrome de Diógenes», o si no me lo creen, empiecen a revisar vuestra casa para que analicemos la enorme cantidad de artículos y objetos que, una vez llegaron a casa para quedarse y que a veces ni sabemos como entraron a nuestra vivienda.

Lo digo porque yo tengo cientos de objetos que jamás usaré, o que he usado pero que ya quedan inservibles porque han pasado a mejor vida.

Voy a enumerar algunos. Cremas en el baño que siguen ahí y que las tiro mañana mismo, unas bolas para dar masajes (no sean mal pensados que es para la espalda y cervicales), dos albornoz ( no se como se escribe en plural) que nunca uso, jarras de whisky jhony de propaganda , unas muñecas horrorosas de porcelana pero que en su tiempo me parecieron una maravilla, un jarrón de Toledo donde nunca jamás he puesto una flor, especias exóticas que ya dejaron de serlo, cien libros que jamás me leeré, souvenirs horrorosos de no se cuantos lugares, unos comprados por mi y otros que han sido regalos, jaboneras que nunca han olido un jabón, un costurero de madera que encima está una virgen de Candelaria por lo que el costurero jamás se abre, cortinas compradas en Ikea y que no se cómo se ponen, escuches de gafas sin gafas, un enorme cuadro de una pintora sin firma, inciensos para dar y regalar, cestas de Ikea llenas de cosas que hace años que no miro, dos jaulas vacías, los juegos reunidos, cajas de móviles con enchufes inservibles, un bolso de viaje sin cremallera. En fin, no voy a seguir enumerando.

Ya si bajo al cuarto trastero se podrían morir. Hay de todo. Cintas de VHS, de betacam, ropa que dejé de usar ( ahora se llamaría vintage) herramientas de todo tipo cuando no se ni poner un bombillo, ( porque me habrán regalado a mi una caja de herramientas en unos reyes?,disfraces, lienzos de cuando una vez me dio por pintar y torturé a propios y extraños con mis cuadros, libros de recetas de cocinas, una olla express, y un largo etcétera de objetos, artículos afines y similares que no usamos pero que están ahí.

Y es que nos cuesta, ( al menos a mi) de desprenderme de nada. Pienso eso de: «bueno ahí no molestan, o los podré necesitar algún día».

Y ahí están y ahí permanecen como sí a veces cobrasen vida.

Pero también, casualmente, como me falte algo, me doy cuenta de forma instintiva o sea inmediatamente. Así que Tato, devuélveme la serie que te presté hace cuatro meses. En caso de que no lo hagas te mando un burofax.

Un abrazo a todos/as

El caballero de las gafas oscuras

22 noviembre, 2012 at 10:22

girasoles (El blog de Efraín Medina Hernández ) ReflexionesAyer, como a las dos de la tarde, bajaba al Cabildo en mi coche y en la rotonda del mercado Nuestra Señora de África, un caballero, desde su coche, me da paso, cuestión que acepté con la mayor de mis sonrisas.

De repente noté que el apuesto caballero me empieza a picar las luces, y yo, que aunque nunca he tenido un accidente manejando yo reconozco que no soy Fernando Alonso, pensé inmediatamente que alguna maniobra había realizado mal porque no entendía la » picada de luces». Yo seguí a ver si no era conmigo y me puse en el carril del centro. Acto seguido veo que el coche del » apuesto caballero» se sitúa al lado mío y me pide que baje la ventanilla.

Yo pensé en un minuto de todo. Ahora me larga una bronca por haber realizado alguna maniobra mal, será un policía secreto? Tiene cara de Canario cien por cien por lo que no creo que sea para pedirme una dirección, seguro es para decirme que llevo una goma en en suelo, o será de Candelaria.? Todo lo que uno puede pensar en menos de un minuto……….

Todo esto sucedía frente al TEA, yo miré de reojo por sí estaba Iñaki por fuera y necesitaba ayuda( jejejejejejej).

Al final decidí bajar mi ventanilla por decencia, por curiosidad y por urbanidad .

Me dice el caballero de las gafas oscuras tipo » martini» : mira a ver si mañana dices en tu reflexión que te paré para decirte que te leo y escribas esto».

El semáforo se puso en verde, yo, le regalé la mejor de mis sonrisas y seguí.

Me estoy creyendo en serio que mis reflexiones son leídas. Y me encanta sin así sea y pueda mostrar mi estado de ánimo, las cosas cotidianas de la vida, situaciones que a todos nos pasan y que a veces pasan desapercibidas.

Y tu, querido amigo de las gafas oscuras tipo » chico martini» jejejejejejej, te pido que te identifiques. Di qué fuiste tu porque entre la rapidez, tus gafas, las mías, mi presbicia, el sol, y la sorpresa, no te pude reconocer. Un abrazo para ti. Y a los que me leen y comparten: mil gracias.

Pichí vs Espartaco

21 noviembre, 2012 at 12:20

Canario Silvestre (El Blog de Efraín Medina Hernández ) ReflexionesMi reflexión de hoy. No sé si les había dicho alguna vez que tengo un pájaro en mi casa. El pajarito llegó un día porque a mi madre se le ocurrió la feliz idea de traerlo para que me hiciera compañía. En un principio no lo agradecí mucho pero después me encariñé con mi “nuevo amiguito”.
El primer disgusto fue el nombre que le puso mi madre al pajarito. Lo llamó “Pichi”, yo le dije, – mamá ¿cómo llamaste al pájaro? Pichi me respondió. Yo le dije que ese nombre era de “Chulo Madrileño, que incluso había una canción de una famosa zarzuela que así lo decía. Me preguntó como quería yo llamarlo y le respondí sin dudarlo que “Espartaco”. Mi madre me dice: ¿pero cómo vas a llamar a un pájaro “estropajo” (oyó mal evidentemente) y el pajarito se quedó “pichi” faltaría más.

Pichi dejó un día de Cantar, sin motivo aparente, sin nada que le perturbara, pero dejó de cantar. Ese problema se convirtió en cotidiano para mi madre: ¿qué le pasará al pajarito? ¿Pero porque no cantará? Yo tuve que meterme en google para averiguar porque los pájaros dejan de cantar y le daba a mi madre explicaciones que no fueran traumáticas.
Pero esta mañana surgió el milagro. A las 6:53 (según el reloj de canal satélite digital) pichi volvió a cantar. Inundó la casa nuevamente con su trinar y, no lo podrán creer, me emocioné muchísimo. Yo me acerqué a la jaula, y cantaba, cantaba, trinaba que parecía una autentica orquesta sinfónica. Y yo, ayyyyyy pichi, no me lo puedo creer¡¡¡¡¡ deja que venga mamá y te escuche nuevamente, menuda alegría se va a llevar.
También le mandé un washap a un amigo mío para decirle que el pajarito volvió a cantar. Porque mi amigo cada vez que va a mi casa entra directamente y lo saca de la jaula para jugar con él. Claroooo¡¡¡¡¡ cuando no está mi madre. Jejejejeje.
Pues parecerá lo más simple, pero no vean lo feliz que me hizo hoy “Espartaco” perdón¡¡¡ “pichi”.