Mi primera » borrachera» y recuerdos de Venezuela.

24 marzo, 2013 at 8:15

Mi reflexión de hoy. Ya llevo unos años sin ir a Venezuela y la verdad, es que deseo volver. Siempre deseo volver a Venezuela. Yo creo que cuando has tenido que emigrar y al final tienes la patria que te vio nacer y la patria que te acogió es una de las mayores bendiciones que puedes recibir. Es como si tuvieras dos madres, aunque madre sólo hay una.
Yo siempre recuerdo a Venezuela con mucho cariño y una especial devoción. A tantos amigos que tengo allí, sus calles, su gente especial. Es que toda Venezuela me atrae y me atrapa.
Cuando me fui de Tenerife en el año 1976 y llegamos a Venezuela nos acogieron inmediatamente. El otro Día me encontró por Twitter una de las primeras personas que conocí nada más llegar: Leyla. Me dio una enorme alegría volver a saber de ella y de toda su familia. Nos pusimos enseguida al corriente y era como volver nuevamente al año 76.
Cuando llegamos, mi padre ya nos tenía una casa en el » parcelamiento de los Bomberos» en el Llanito. Al lado pasaba el río Guaire ( no se imaginen un río cristalino como en la casa de la pradera) y enfrente estaba el barrio de Maca. Los que han vivido en Venezuela podrán ubicarse. Justo antes del puente de Baloa que une el Llanito con Petare vivíamos nosotros.
La casa, que era muy bonita, la inundó el río el agosto del año 1977. El Guaire sufrió una enorme crecida por las lluvias tan enormes que se dieron ese año y el agua arrasó con todo. Yo ya trabajaba pero mi padre, mi madre y mi hermano lucharon corriente arriba hasta ponerse a salvo en El Llanito. Hoy lo pienso y me parece que fue una gran temeridad. Mi padre me llamó al trabajo para decirme que estaban bien. Y días después, cuando el agua bajó el nivel, la madre de Leyla y toda su familia nos ayudaron a » salvar» lo insalvable.
Aún recuerdo cuando salía caminando desde mi casa hasta Petare. Siempre me impresionó ver tanta cantidad de gente caminando por sus calles. Es que salir de Vallehermoso y de repente conseguirte en el mismo Petare es un cambio alucinante. Todo estaba en obras porque creo que construían el metro. » el Metro de Caracas, háganoslo juntos porque es algo grande» decía la letra de la propaganda televisiva que salía en todos los canales de televisión.
Cuando yo llegue a Venezuela, a las nueve de la noche pasaban, en Radio Caracas Televisión la novela » Carolina» que interpretaban Mayra Alejandra y Jean Carlos Simancas. Yo nunca había visto una telenovela en Televisión y nos sentábamos todos en el sillón como hipnotizados por esas historias de desamor hasta las diez de la noche y al siguiente día era comentario mañanero con las vecinas del parcelamiento. Cuando terminaba la novela nos íbamos cada uno a su habitación, si, como lo oyen, teníamos mi hermano y yo cada uno una habitación y para mi eso era un lujo. Yo antes pasaba por la despensa a coger unos » torontos». El chocolate de Venezuela es el mejor del mundo. Pon en tu vida un chocolate» Savoy».
El primer cigarrillo que me fumé en Venezuela era de la marca » astor»» astor rojo». Más de un disgusto me llevé con mi padre cuando se enteró de que fumaba. Una vez, como castigo por fumar, me levanto a las tres de la mañana para que lo acompañara al Mercado Mayor de Coche». Es el mercado mayorista más importante de Caracas. Pero para mi más que un castigo fue un premio increíble. Una de las mejores experiencias fue conocer por dentro el » mercado de coche». Gritos, zapateos, guacales, camiones, regateos, prisas, olores, frutas llegadas de toda Venezuela, los carretilleros gritaban el número de las matrículas de los camiones a todas voces» 503. 503″, y los camioneros decían: «mamame el guevo otra vez» o 101, 101, » como tu no me la mama ninguno». Los carretilleros se » arrechaban» y amenazaban con repartir» coñazos», aunque todo quedaba en la broma y al final se tomaban unas » polarcitas» todos juntos. A mi aquello me impresionaba y me parecía una grandiosa obra de teatro con el más surrealista de los decorados. Si hubiese seguridad, el Mercado Mayor de » Coche» sería un enorme atractivo turístico donde se podría mostrar la inmensa idiosincrasia de Venezuela. En el » Mercado Mayor de Coche» confluye gente de todo el país y el tejido social es impresionante.
Cuando fui a trabajar con 14 años, si, con 14 años ya empece a trabajar ( eso lo contaré otro día) los compañeros de trabajo me llevaron en la Guaira, al cerro » los Cachos». Desde ahí, desde lo más alto del cerro se divisaba toda la Guaira con su enorme puerto y lleno de barcos deseando descargar la mercancía y venidos de todos los lugares del mundo. A mi me daba la impresión que flotaba en aquellas alturas. Fui a la casa de Ricardo Ramos, que trabajaba conmigo también. Creo que era su cumpleaños o el de su hijo.
Fue en aquel cerro, en el cerro » los cachos» donde me cogí mi primera borrachera que me duró tres días. Era una bebida que se llamaba » maraquita»: anís, soda y limón. Entre el calor, los discos de vinilo de la «dimensión latina» el ambiente familiar de cerro maravilloso, y la maraquita, me cogí tal fuerte» tranca» que durante los dos dias siguientes cada vez que » eructaba» me volvía a emborrachar. Yo bebía maraquita y escuchaba como el solista prodigioso de la dimensión interpretaba » blancas azucenas» » taboga» o » dame tu querer». Los muebles se apilaban en un rincón para convertir el pequeño salón en la pista de baile, mientras yo tomaba ese anís con soda y limón asomado desde lo más alto del cerro y perdía mi mirada en la noche guaireña y caribeña.
Aún recuerdo que así como estaba tuve que ir a trabajar a las seis de la mañana, y Ricardo Ramos también entraba a esa hora. Me protegió durante toda la jornada de trabajo y cuando salimos, me llevó a su casa y me sirvió un » sancocho de pescado» que se me quitaron todos mis males. Con ají dulce….que rico. Sólo los que han vivido en Venezuela saben de lo que les hablo.
Tengo el honor de haberme comido un » sancocho de pescado» en lo más alto del » cerro los cachos» con la Guaira de fondo, la brisa del Mar Caribe llegándome a la cara y el sabor del Anís( desde ese Día lo aborrecí para siempre) subiéndome a la boca.
Claro que siempre quiero volver a Venezuela. Cada vez que voy, traigo mi disco duro del cerebro lleno de experiencias, recuerdos, vivencias, olores, maravillas, sonrisas, apegos, nostalgias.
Hablando de mi disco duro del cerebro. Una buena parte de él la ocupa Venezuela.
Venezuela, Venezuela, despedirme no quisiera pero no encuentro manera.
La foto que ilustra mi reflexión de hoy es del » Mercado Mayor de Coche» donde tantos y tantos canarios pudieron ganarse el pan. Para hacerse una realidad, esa foto deben multiplicarla por mil o más.
Feliz domingo.

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Innovación e investigación

23 marzo, 2013 at 9:14

Mi reflexión de hoy. Queridos amigos y amigas. El 21 de marzo, en el TEA se celebró el “foro de la Innovación y el Emprendimiento” que se viene celebrando todos los años y donde se muestra el talento de todos los emprendedores en innovación, sobre todo gente joven, ilusionada y esperanzada.
Mi compañero Antonio Garcia Marichal y todo su equipo estaban felices, y es que no era para menos. El éxito fue absoluto, tanto de personas asistentes como de proyectos que se mostraban a un público sorprendido e ilusionado.
Escuchar en este foro a Gaby Castellanos fue una autentica delicia. Gaby habló de reinventarse y dio píldoras tales como que “la gente que no es feliz genera menos economía” “la felicidad se practica” y “analízate que estás haciendo tu por ser feliz”. Gaby es divina, irreverente, mordaz, cercana. Y su mayor virtud es que enseña a los demás desde sus propios errores.
Habían ponentes absolutamente fantásticos. Yo solo pude escuchar a Gaby por motivos de agenda pero, según me contaron después, las charlas fueron totalmente interesantes.
Ver a tanta gente joven presentando proyectos innovadores me ilusionó. Me hizo reflexionar de cuanto talento tenemos en la isla de Tenerife y ojalá puedan seguir trabajando desde nuestra isla para el mundo. El mundo está cambiando y el componente innovador y de calidad es una de las grandes salidas.
Había programas y proyectos de control de vertidos, reutilización de aguas, desaladoras, energías renovables, y por supuesto, todos los proyectos que competían por ganarse el premio en ese escaparate innovador, de investigación y de desarrollo. Y todos investigados por personas de aquí, de Tenerife.
En esta isla existen grandes investigadores e innovadores en todos lo niveles, y la Universidad de La Laguna siempre ha tenido en su objetivo la investigación. Por ello la presencia en estas jornadas fue absoluta.
Aquí hay muchísimo talento. Hay jóvenes que hacen programas informáticos y otro tipo de programas innovadores que están siendo comprados en el exterior. En el social-media, nuestra isla es una autentica potencia. Pero creo que debemos creérnoslo, de que realmente podemos aprender pero también podemos enseñar.
Existen oportunidades de negocios en la innovación que generaran riqueza, bienestar, empleo y cohesión social.
Es por eso que ahora más que nunca, los programas de investigación deben potenciarse y que no sean también pasto de la crisis. La innovación está presente en todas las facetas de la vida, y si lo unimos a la calidad, entonces ya estaremos rozando la excelencia.
Hoy más que nunca se hace necesario que los Gobiernos apoyen la investigación, la base tecnológica, la posibilidad de conseguir socios que inviertan recursos para que estos proyectos no se queden en el cajón. Hoy más que nunca se hace necesario que todos vayamos de la mano para poder conseguir todos los objetivos de oportunidades de negocio. » la investigación alarga la vida».
Y sobre todo, porque es gente joven mayoritariamente. Gente que está saliendo de la universidad con un titulo y un proyecto desarrollado, jóvenes que no pierden la ilusión y que esperan llegar a la meta de el ansiado sueño.
Por eso animo a mis compañeros del área a seguir trabajando en la innovación, el emprendimiento, la calidad y la excelencia. El mundo evoluciona y nosotros con el mundo.
Abran paso que está llegando gente joven, innovadora y muy capaz. Yo me podré al lado para ver que aprendo. Ayer aprendí unas cuantas cosas con la paciencia del que enseña y la impaciencia del que está aprendiendo a una edad tardía.
Felicidades.

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Desahucios.

22 marzo, 2013 at 7:12

Mi reflexión de hoy. Antes del triunfo de la revolución en Cuba, cientos y cientos de campesinos fueron echados de la tierra donde vivían y expulsados a las orillas de los caminos porque no podían pagar ni con cosechas, ni con dinero a los dueños de las grandes extensiones de terreno que eran unos latifundistas propietarios casi toda la isla y que se dedicaban, sobre todo, a las enormes plantaciones de caña de azúcar.
Esta terrible acción y otras por el estilo donde se mancillaban los derechos de las personas, fue el detonante de lo que hemos vivido hasta hoy en la isla del Caribe.
Familias con niños, familias de campesinos, de pequeños agricultores miraban perplejos e incrédulos como la tierra donde vivían era quemada para que la abandonaran. Aun, en las ocho vías que une la Habana con el centro del país se pueden ver asentamientos de “guajiros” como se les denomina en Cuba, al borde de las carreteras pero ahora, sin la “espada de Damocles” encima.
Esto también viene ocurriendo, sobre todo en las comunidades indígenas de América, en las grandes plantaciones de soja y que obligan a los aborígenes de esos lugares a abandonarlos por una expulsión de facto.
En África sucede exactamente lo mismo. Llegan los propietarios “legalmente legítimos”, los que han comprado las tierras a “cuatro pesetas”, meten las palas mecánicas y arrasan poblados sin ningún tipo de consideración. Podemos ver los “éxodos masivos” que nos recuerdan pasajes del antiguo testamento cuando los hebreos vagaban sin tierra por todo el mundo.
Aquí en España también sucede. Terriblemente sucede. Y encima de una manera salvaje, indiscriminada, descorazonada, atroz. Aquí en España se llaman “desahucios”.
No veo ninguna diferencia entre el cubano que le obligaban a abandonar su tierra antes de la revolución porque no tenía como pagar a la familia española que le obligan a abandonar su vivienda porque tampoco tiene como pagar. Porque el mismo sistema ha hecho que sea imposible pagar. No veo ninguna diferencia.
Al guajiro de Cuba lo lanzaban al borde de los caminos. Al ciudadano de España lo lanzan al “vacío” de la angustia y del terrible momento. Hasta en Cuba, la solidaridad brotaba a flor de piel, aquí en España, lamentablemente nos estamos acostumbrando a que los desahucios sean noticia diaria. Me está recordando cuando en la España terrorista almorzábamos con un efectivo asesinado y llegó a ser algo cotidiano del telediario, como normal, como habitual.
Leo en un informe de ADICAE que el Estado Español le ha dado a la banca española un total de 146.000 millones de Euros, lo que significa el 8,4% del Producto Interior Bruto de nuestro país.
Yo, sin ser economista, entiendo que gran parte de este dinero tiene o tenía que ser destinado a planes de choque urgentes para generar empleo, consumo y desarrollo económico. No pueden seguir los bancos ganando partida tras partida mientras están “lanzando” a los ciudadanos al borde de los caminos o al borde de los precipicios.
No se puede permitir que el dinero que se le inyecta a la banca, y que es de todos, no pase directamente a la economía productiva de este país. Y la economía productiva es que todos los ciudadanos y ciudadanas de este país puedan acceder a solicitar un crédito en condiciones normales para sacar adelante su proyecto de vida y a tener un empleo digno precisamente para pagar.
No hace falta ser economista para entender de realidades, para saber el drama que viven miles y miles de familias españolas, la falta de crecimiento económico, las nulas expectativas en la juventud, la gran descomposición del sistema, la falta de libertades y garantías, la pérdida de valores sociales. Eso lo entendemos todos y no hace falta ser economista. Esto es muy grave. Ya no valen buenas palabras, ya no valen buenos deseos, ya es hora de actuar con contundencia y con responsabilidad social.
Lo peor de todo es que, quizá, nos estemos acostumbrando a que esta situación sea “normal” como dije anteriormente y no lo es. No podemos perder la memoria jamás, y ahora más que nunca, debemos estar atentos y con los cinco sentidos activados.
Esta situación exige una solución inmediata. Habrá que cambiar todo lo que haya que cambiar para mantener el estado del bienestar de los ciudadanos/as. Habrá que generar un tejido social y económico comunitario porque realmente, administran lo que es de todos. Habrá que generar políticas de choque para que el dinero circule generando empleo. Es que estamos hablando de 146.000 millones de euros solo entre 2008 y 2010, y estamos en el 2013. Si esos fondos se hubiesen utilizado para activar el empleo, la situación de nuestro país seguramente sería otra, no hace falta ser superdotado para comprender que la situación actual sería distinta.
Ellos, los bancos, no pueden seguir en esta dinámica explotadora, desalmada y descorazonada. Los que eligen deben tener la capacidad de destituir. Si hablamos de participación ciudadana que sea efectiva, no en papeles y leyes para la foto.
Y mientras tanto, no se puede permitir que se generen situaciones como las que pasó en la Cuba pre-revolucionaria, que como dije en un principio de esta reflexión, expulsaban a las familias y las “largaban” a los bordes de los caminos y las cunetas de las carreteras provinciales. Ojo avizor porque la situación ahora, aquí, es totalmente igual, o peor.
Buenos días amigos y amigas.

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El día internacional de la felicidad.

21 marzo, 2013 at 7:02

Mi reflexión de hoy. Queridos amigos y amigas. Ayer se celebraba el » Dia mundial de la felicidad» y por ese motivo me llamó una periodista del diario » la,Opinión de Tenerife» porque estaba haciendo un reportaje sobre la felicidad y me preguntó cual había sido el momento más feliz de mi vida.
¿ perdona.? Le dije. Y me volvió a repetir la pregunta. Les juro que me dejó en » treinta y tres» porque no supe que contestarle. Mi respuesta fue que realmente había tenido muchos momentos felices en mi vida, muchos pequeños momentos de felicidad que se convierten casi en un modo de vida.
Me dejó pensando en cual había sido mi momento de mayor felicidad en mi vida. Y les puedo asegurar que he estado toda la tarde pensando: » fue este», no » fue aquel» a Nooo » este fue insuperable» que va » fue el de hace unos años». En definitiva que estoy escribiendo la reflexión que comparto con ustedes sin poder decantarme o decidir cual a sido el momento más feliz de mi vida.
Yo creo que realmente soy feliz con poco, que los momentos felices los vivo intensamente porque sé que ningún momento de felicidad es igual a otro, porque sé que tenemos que ser generosos con los momentos de felicidad y es algo que se contagia si se comparte.
Creo que el secreto de la felicidad es tratar de hacer felices a los demás. Pero para lograrlo realmente debemos ser generosos, desprendidos y solidarios.
Y mira por donde, navegando en internet me encuentro con el estudio que realiza » New Economics Foundation » sobre los países más felices del planeta. En primer lugar se encuentra Costa Rica, seguido de Vietnam y Colombia. Los países latinoamericanos son los más felices del mundo y los más infelices están en el primer mundo. España ocupa el puesto número 62 y Estados Unidos en 105. La felicidad se está estudiando por diferentes organizaciones y universidades de prestigio internacional y casi todas coinciden en los países más felices del globo terráqueo.
Yo creo que es cierto eso de que » no es más feliz el que más tiene sino el que menos necesita». Es una realidad que ahora se pone mucho más en valor porque, como decía anteriormente, debemos ser cada vez más solidarios.
Hace unos días, casualmente hablé de que la felicidad se practica. Cuando practicamos felicidad adquirimos destreza y aptitud y después sale sola. Eso se lo escuché a un tertuliano de la Ser y creo que tiene toda la razón del mundo.
Escuchamos frases que son reales como la vida misma: » murió feliz » o » es feliz a su manera» o » no hay nada que me haga más feliz que……» O » sería feliz si……». Todo lo asociamos a la felicidad. Pues entonces tenemos que practicarla, que vivirla.
Yo me niego a que mi país se encuentre en el puesto 62 del índice de la felicidad, y tampoco pretendo irme a vivir ni a Costa Rica, ni a Vietnam ni Colombia. Lo que tenemos que hacer entre todos es que para el próximo año subamos por lo menos 30 puestos en el ranking de la felicidad. Pequeños momentos que hacen un gran momento y que, cuando vengan esos de la» Foundation «se queden perplejos por la subida tan espectacular que hemos experimentado en la felicidad.
Y a la amiga periodista de la opinión, sigo sin poderle responder. Pero he pensado mucho esta tarde que nuestro recordado Adán Martín tenía toda la razón del mundo cuando en su discurso de investidura como Presidente del Gobierno de Canarias habló de la felicidad de la ciudadanía. Muchos se sonrieron, muchos que ahora están dirigiendo destinos se extrañaron, pero que bien les vendría/ nos vendría que » desempolváramos» ese discurso de investidura y lo pusiéramos en práctica.
A mi me hace muy feliz escribir mi reflexión todos los días. Es ese momento mágico que me transporta y me traslada a ustedes y les pongo » rostros». Ojalá consiga con lo que les cuento que sean » un poquito más felices» esa es mi intención.
Que tengan un día inmensamente feliz.

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